jmm00044
16 julio 2011, 17:05
AudioCuento Las aventuras de Pinocho - Carlo Collodi
http://i1127.photobucket.com/albums/l625/jmm00044/nuevo/12680914.jpg
El libro consta de treinta capítulos y comienza con el conocido “érase una vez…”. Impregnado de invención y extraordinarios hallazgos, el libro dedica los dos primeros capítulos a contarnos como fue el maestro Ciliegia (cereza por el color de su nariz), siendo carpintero encuentra un trozo de
madera, destinado a la hoguera, pero que él tomó para sacar la pata de una mesa.
Cuando se dispuso a trabajar con sus herramientas observó como ese sencillo trozo de leña poseía vida, pues reía y lloraba como un niño y de él salía una sutil vocecilla que le decía: “No me pegues tan fuerte”, cuando el arremetía con sus herramientas de trabajo. “El maestro Ciliegia” regaló el trozo de madera a su amigo Geppeto, que fabricó con el un muñeco maravilloso, que sabía bailar, esgrimir y dar saltos mortales. Ahí precisamente comienzan las aventuras. Sin haber terminado Geppeto los ojos y la boca, ya el muñeco comienza a decir versos, y dar sus primeros
pasos; terminadas sus piernas, se dirige hacia la puerta de la calle y se marcha...
zip 53,5 mbs
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El libro consta de treinta capítulos y comienza con el conocido “érase una vez…”. Impregnado de invención y extraordinarios hallazgos, el libro dedica los dos primeros capítulos a contarnos como fue el maestro Ciliegia (cereza por el color de su nariz), siendo carpintero encuentra un trozo de
madera, destinado a la hoguera, pero que él tomó para sacar la pata de una mesa.
Cuando se dispuso a trabajar con sus herramientas observó como ese sencillo trozo de leña poseía vida, pues reía y lloraba como un niño y de él salía una sutil vocecilla que le decía: “No me pegues tan fuerte”, cuando el arremetía con sus herramientas de trabajo. “El maestro Ciliegia” regaló el trozo de madera a su amigo Geppeto, que fabricó con el un muñeco maravilloso, que sabía bailar, esgrimir y dar saltos mortales. Ahí precisamente comienzan las aventuras. Sin haber terminado Geppeto los ojos y la boca, ya el muñeco comienza a decir versos, y dar sus primeros
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