jmm00044
14 octubre 2011, 20:07
La tienda de muñecos - Julio Garmendia
http://i1127.photobucket.com/albums/l625/jmm00044/Otro/243c.jpg
En vez de ponerse a pintar cromos claros, cielos turquíes con nubecitas de carmín y vuelos de golondrinas, y a regoldar nostalgias apócrifas en prosa empedrada de adjetivos inertes, Julio Garmendia se metió dentro de sí mismo, dentro de su corazón, dentro de su espíritu. Su instinto le avisó que no es contemplando crepúsculos, ni viajando en ferrocarril, ni atravesando el océano, ni pintando acuarelas confusas como se encuentra la inspiración: y por eso fue a buscarla en las profundidades de su ser mismo, a los inagotables manantiales de la conciencia. Encontró su
camino: y este libro en que nos cuenta sus primeras aventuras de viandante es una ventana encantada que se abre sobre un valle fresco, donde comienzan a dibujarse, con el alba, siluetas expresivas y simbólicas. (...) La fantasía de Garmendia denota poseer un íntimo orden lógico que le imprime a su producción cierta unidad intrínseca, la consistencia de una obra engendrada en la perseverante cavilación, no fortuitamente concebida en intermitentes devaneos de fiebre literaria. Jesús Semprum Nueva York, 1925
pdf 294 paginas 3,7 mbs
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En vez de ponerse a pintar cromos claros, cielos turquíes con nubecitas de carmín y vuelos de golondrinas, y a regoldar nostalgias apócrifas en prosa empedrada de adjetivos inertes, Julio Garmendia se metió dentro de sí mismo, dentro de su corazón, dentro de su espíritu. Su instinto le avisó que no es contemplando crepúsculos, ni viajando en ferrocarril, ni atravesando el océano, ni pintando acuarelas confusas como se encuentra la inspiración: y por eso fue a buscarla en las profundidades de su ser mismo, a los inagotables manantiales de la conciencia. Encontró su
camino: y este libro en que nos cuenta sus primeras aventuras de viandante es una ventana encantada que se abre sobre un valle fresco, donde comienzan a dibujarse, con el alba, siluetas expresivas y simbólicas. (...) La fantasía de Garmendia denota poseer un íntimo orden lógico que le imprime a su producción cierta unidad intrínseca, la consistencia de una obra engendrada en la perseverante cavilación, no fortuitamente concebida en intermitentes devaneos de fiebre literaria. Jesús Semprum Nueva York, 1925
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