pleyade
17 mayo 2019, 12:42
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FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 73 Kb
Host: Userscloud
Sinopsis:
—Caballeros —dijo Charlie Castle de pie, ante la mesa en que habían comido quince prohombres de Kansas City—. Es para mí un honor saludar en nombre de todos al homenajeado…
Los aplausos interrumpieron al orador.
Todas las cabezas se volvieron al extremo opuesto de la mesa en que se encontraba Charlie Castle. Era el hombre a quien se rendía el homenaje, Richard Allison, el cual sonrió haciendo una ligera inclinación.
Allison había cumplido los cuarenta años de edad y era un hombre de tez morena, cabello negro, excepto por las sienes, donde tenía unas cuantas hebras de plata, que a juicio de muchas mujeres le daba un aspecto muy interesante.
Charlie Castle prosiguió:
—Richard Allison es uno de esos hombres que prestigian un país, es uno de esos raros hombres que con su esfuerzo contribuyen a crear riqueza, que es sinónimo de bienestar, para miles y miles de familias… Según cuentan Richard Allison empezó vendiendo un par de vacas perdidas que encontró cuando se dirigía a Abilene.
Se oyeron risas.
—Sí, caballeros, suponiendo que fuese verdad esa historia, debemos admitir que no fue mal comienzo para un hombre que hoy día es dueño del mayor matadero de Kansas City, de un extenso rancho y que, prácticamente, tiene en sus manos las riendas del negocio de carnes en Texas, que es como decir de todo el país…
Un hombre obeso quiso hacer su gracia:
—Eso se conoció en la comida. Nos sirvieron los mejores filetes.
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—Caballeros —dijo Charlie Castle de pie, ante la mesa en que habían comido quince prohombres de Kansas City—. Es para mí un honor saludar en nombre de todos al homenajeado…
Los aplausos interrumpieron al orador.
Todas las cabezas se volvieron al extremo opuesto de la mesa en que se encontraba Charlie Castle. Era el hombre a quien se rendía el homenaje, Richard Allison, el cual sonrió haciendo una ligera inclinación.
Allison había cumplido los cuarenta años de edad y era un hombre de tez morena, cabello negro, excepto por las sienes, donde tenía unas cuantas hebras de plata, que a juicio de muchas mujeres le daba un aspecto muy interesante.
Charlie Castle prosiguió:
—Richard Allison es uno de esos hombres que prestigian un país, es uno de esos raros hombres que con su esfuerzo contribuyen a crear riqueza, que es sinónimo de bienestar, para miles y miles de familias… Según cuentan Richard Allison empezó vendiendo un par de vacas perdidas que encontró cuando se dirigía a Abilene.
Se oyeron risas.
—Sí, caballeros, suponiendo que fuese verdad esa historia, debemos admitir que no fue mal comienzo para un hombre que hoy día es dueño del mayor matadero de Kansas City, de un extenso rancho y que, prácticamente, tiene en sus manos las riendas del negocio de carnes en Texas, que es como decir de todo el país…
Un hombre obeso quiso hacer su gracia:
—Eso se conoció en la comida. Nos sirvieron los mejores filetes.
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