pleyade
4 septiembre 2019, 16:35
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FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 74 Kb
Hosts: Userscloud & Uploaded
Sinopsis:
Apoyado el codo sobre el saliente de la ventanilla y la cabeza en la mano, contemplaba el paisaje que huía al paso del tren.
No se enteraba de lo que hablaban los viajeros que iban a su lado. Iba abstraído en sus pensamientos, hasta el extremo que si le preguntaran sobre el paisaje, no podría decir nada, porque en realidad no lo veía. Cerraba de vez en cuando los ojos y los compañeros de viaje imaginaban que trataba de dormir.
No se enteró de los viajeros que subieron y bajaron al llegar a sus destinos. Y entre estos viajeros que subieron sin que él se diera cuenta, estaba una muchacha joven, a la que acompañaba otra de más edad. La joven era de una belleza poco común. Iba sentada frente al distraído viajero. Cuando las dos se sentaron, saludaron a los otros viajeros. Y el de la ventana no se movió. Ni miró hacia ella.
—¿Va dormido...? —dijo la de más edad en voz baja.
—No. No parece que duerma. De vez en cuando abre los ojos y mira al exterior.
—¿No se cansará de ir así...?
—Este saliente es bastante ancho. Irá cómodo, no lo dudes. Aunque para librarme de sus piernas, he de colocar las mías un poco de costado. Debe ser muy alto.
—¿Verdad que parece joven...?
—En efecto... Y eso que va tan encogido que no lo parece. Me refiero a su estatura...
—Ha de ser muy alto...
Se interrumpieron ante la entrada de unos viajeros. Dos de ellos, silbaron al mirar a la joven.
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Apoyado el codo sobre el saliente de la ventanilla y la cabeza en la mano, contemplaba el paisaje que huía al paso del tren.
No se enteraba de lo que hablaban los viajeros que iban a su lado. Iba abstraído en sus pensamientos, hasta el extremo que si le preguntaran sobre el paisaje, no podría decir nada, porque en realidad no lo veía. Cerraba de vez en cuando los ojos y los compañeros de viaje imaginaban que trataba de dormir.
No se enteró de los viajeros que subieron y bajaron al llegar a sus destinos. Y entre estos viajeros que subieron sin que él se diera cuenta, estaba una muchacha joven, a la que acompañaba otra de más edad. La joven era de una belleza poco común. Iba sentada frente al distraído viajero. Cuando las dos se sentaron, saludaron a los otros viajeros. Y el de la ventana no se movió. Ni miró hacia ella.
—¿Va dormido...? —dijo la de más edad en voz baja.
—No. No parece que duerma. De vez en cuando abre los ojos y mira al exterior.
—¿No se cansará de ir así...?
—Este saliente es bastante ancho. Irá cómodo, no lo dudes. Aunque para librarme de sus piernas, he de colocar las mías un poco de costado. Debe ser muy alto.
—¿Verdad que parece joven...?
—En efecto... Y eso que va tan encogido que no lo parece. Me refiero a su estatura...
—Ha de ser muy alto...
Se interrumpieron ante la entrada de unos viajeros. Dos de ellos, silbaron al mirar a la joven.
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