pleyade
22 octubre 2019, 13:11
https://i.imgur.com/ItA5DGp.jpg
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 694 Kb
Servidores:
USERSCLOUD & UPLOADED
Sinopsis:
AQUEL hombre entró en Colorado Springs una mañana de noviembre.
Lo primero que hizo fue dirigirse a los campos de remolacha. Cosa rara en un hombre que parecía haber cabalgado tanto y llevaba un caballo tan cansado. Lo lógico hubiera sido ir directamente al saloon a refrescar el gaznate con un buen trago y, después, hacer ya lo que tuviera hacer en el pueblo.
Pero el hombre de aquella mañana de noviembre, parecía tener mucha prisa.
No iba vestido como un cultivador.
Llevaba una chaqueta de cuero, forrada de piel de oveja. Pantalones oscuros —se veían muy rozados por la monta—, y botas de media caña. El, sombrero era viejo y estaba mojado por la lluvia o la niebla. Y por debajo de todo el conjunto, asomaba un revólver muy grande, muy pesado, muy pegado al muslo y muy bajo.
Demasiado revólver para un hombre que llega con prisas.
Cuando Reynols Elia le vio entrar, lo primero que pensó fue:
«Otro pistolero de Lippmann».
Por supuesto, un hombre con un revólver tan bajo que llegaba a Colorado Springs, no podía ser otra cosa.
DESCARGAR
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 694 Kb
Servidores:
USERSCLOUD & UPLOADED
Sinopsis:
AQUEL hombre entró en Colorado Springs una mañana de noviembre.
Lo primero que hizo fue dirigirse a los campos de remolacha. Cosa rara en un hombre que parecía haber cabalgado tanto y llevaba un caballo tan cansado. Lo lógico hubiera sido ir directamente al saloon a refrescar el gaznate con un buen trago y, después, hacer ya lo que tuviera hacer en el pueblo.
Pero el hombre de aquella mañana de noviembre, parecía tener mucha prisa.
No iba vestido como un cultivador.
Llevaba una chaqueta de cuero, forrada de piel de oveja. Pantalones oscuros —se veían muy rozados por la monta—, y botas de media caña. El, sombrero era viejo y estaba mojado por la lluvia o la niebla. Y por debajo de todo el conjunto, asomaba un revólver muy grande, muy pesado, muy pegado al muslo y muy bajo.
Demasiado revólver para un hombre que llega con prisas.
Cuando Reynols Elia le vio entrar, lo primero que pensó fue:
«Otro pistolero de Lippmann».
Por supuesto, un hombre con un revólver tan bajo que llegaba a Colorado Springs, no podía ser otra cosa.
DESCARGAR
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***