pleyade
15 noviembre 2019, 17:31
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FICHA TÉCNICA
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Lennart Garderud, director de la Prisión Espacial de Plutón, era un tipo alto, fornido, de mirada dura, que raras veces se suavizaba. Contaba cuarenta y ocho años de edad y era viudo.
Elke, único fruto de su matrimonio, era una preciosa muchacha de veintidós años, pelo rubio y ojos azules. Vivía en la Tierra, pero ahora se hallaba en Plutón, pasando unas semanas con su padre.
Se encontraban los dos en el despacho de Lennart, Elke sentada sobre las rodillas de su padre, cuyo cuello cercaba con sus brazos. Le dio un beso y dijo.
—Te quiero, papá.
—Yo también te quiero, hija —sonrió el director de la prisión, y le devolvió el beso.
—No sé cómo pueden decir que eres un tipo duro como la piedra. Conmigo eres pura mantequilla.
Lennart Garderud rió.
—Contigo no tengo necesidad de mostrarme duro, Elke. No eres una presidiaria.
—¿De verdad eres tan duro con los presidiarios como dicen, papá?
—Con algunos.
—¿Los más rebeldes?
—Exacto. Los hombres que cumplen su condena sin causar ningún tipo de problemas reciben un trato correcto en todo momento. En cambio, los que se pelean entre sí o atacan a los guardianes son duramente castigados. Y los que intentan huir, también.
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Elke, único fruto de su matrimonio, era una preciosa muchacha de veintidós años, pelo rubio y ojos azules. Vivía en la Tierra, pero ahora se hallaba en Plutón, pasando unas semanas con su padre.
Se encontraban los dos en el despacho de Lennart, Elke sentada sobre las rodillas de su padre, cuyo cuello cercaba con sus brazos. Le dio un beso y dijo.
—Te quiero, papá.
—Yo también te quiero, hija —sonrió el director de la prisión, y le devolvió el beso.
—No sé cómo pueden decir que eres un tipo duro como la piedra. Conmigo eres pura mantequilla.
Lennart Garderud rió.
—Contigo no tengo necesidad de mostrarme duro, Elke. No eres una presidiaria.
—¿De verdad eres tan duro con los presidiarios como dicen, papá?
—Con algunos.
—¿Los más rebeldes?
—Exacto. Los hombres que cumplen su condena sin causar ningún tipo de problemas reciben un trato correcto en todo momento. En cambio, los que se pelean entre sí o atacan a los guardianes son duramente castigados. Y los que intentan huir, también.
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