pleyade
22 noviembre 2019, 17:29
https://i.imgur.com/Bm5RH71.jpg
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 63 Kb
Servidores:
UsersCloud
&
Uploaded
Sipnosis:
Corría el año solar número 32000 de Delko.
La granja era una inmensa llanura que se perdía en el horizonte. Estaba perfectamente sembrad a y su extensión, mucho mayor que algunas de las antiguas naciones del planeta, con lo que daba idea de la opulencia de su propietario.
Allton era el dueño de todo aquello. Hombre rico e influyente en todos los campos.
A hora estaba allí, junto al vehículo que le servía para inspeccionar personalmente las tierras en compañía de su capataz Jonnasson.
Si el dueño era un individuo altivo y corpulento, Jonnasson le superaba en envergadura y peso. E ra un auténtico coloso, que al igual que su propietario iba perfectamente armado. Una especie de escopeta de cuatro relucientes cañones colgaba de su hombro derecho. Una pistola plana de color plateado descansaba en una funda de tipo sobaquero.
Iguales armas llevaba el señor Allton, que estaba discutiendo con un hombre de medidas normales, si bien disponía de una extraña peculiaridad: Sus ojos. Unos ojos profundos, incisivos, que a poco que se observaran no parecían los normales de los habitantes del Delko Blanco.
—No sé quién es usted —gruñía Allton—, pero ha burlado todas las prohibiciones de penetrar en mis tierras, y esto está severamente castigado.
El de los ojos profundos sonrió como si acabara de escuchar un disparate salido de labios de un chiquillo.
—Es usted demasiado condescendiente, señor Allton —adujo el capataz—. En sus dominios
usted es la ley. Deme una orden y yo castigaré al intruso.
DESCARGAR:
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 63 Kb
Servidores:
UsersCloud
&
Uploaded
Sipnosis:
Corría el año solar número 32000 de Delko.
La granja era una inmensa llanura que se perdía en el horizonte. Estaba perfectamente sembrad a y su extensión, mucho mayor que algunas de las antiguas naciones del planeta, con lo que daba idea de la opulencia de su propietario.
Allton era el dueño de todo aquello. Hombre rico e influyente en todos los campos.
A hora estaba allí, junto al vehículo que le servía para inspeccionar personalmente las tierras en compañía de su capataz Jonnasson.
Si el dueño era un individuo altivo y corpulento, Jonnasson le superaba en envergadura y peso. E ra un auténtico coloso, que al igual que su propietario iba perfectamente armado. Una especie de escopeta de cuatro relucientes cañones colgaba de su hombro derecho. Una pistola plana de color plateado descansaba en una funda de tipo sobaquero.
Iguales armas llevaba el señor Allton, que estaba discutiendo con un hombre de medidas normales, si bien disponía de una extraña peculiaridad: Sus ojos. Unos ojos profundos, incisivos, que a poco que se observaran no parecían los normales de los habitantes del Delko Blanco.
—No sé quién es usted —gruñía Allton—, pero ha burlado todas las prohibiciones de penetrar en mis tierras, y esto está severamente castigado.
El de los ojos profundos sonrió como si acabara de escuchar un disparate salido de labios de un chiquillo.
—Es usted demasiado condescendiente, señor Allton —adujo el capataz—. En sus dominios
usted es la ley. Deme una orden y yo castigaré al intruso.
DESCARGAR:
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***