pleyade
16 febrero 2020, 12:56
https://i.imgur.com/KTYm4et.jpg
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 335 Kb
Servidores:
UsersCloud
&
Uploaded
SINOPSIS
¿Se podía morir de amor? Nunca antes se había formulado aquella pregunta, pero mientras recorría el largo pasillo del hospital, sentía que su corazón se paralizaba a cada nuevo paso. Perseguía la camilla que transportaba al hombre que había jurado proteger de sí misma, y al tipo del que prometió no enamorarse. A aquellas alturas, sobraba admitir que era pésima cumpliendo las promesas que se hacía a sí misma.
La idea de perderlo la aterrorizaba.
Un pinchazo se apoderó de su pecho al contemplar el cuerpo inerte sobre la camilla. Había gritado tantas veces su nombre que el hecho de susurrarlo le dolía demasiado. Incluso deseaba que él se despertara para que volvieran a discutir como dos idiotas que estaban demasiado enamorados el uno del otro para admitirlo sin sentir miedo.
¿Miedo?
La había perseguido toda su vida, pero el sentimiento era incomparable a la agonía que le producía su posible perdida. A veces era necesario que la realidad te abofeteara para que la contemplaras en toda su mediocridad. Con tus errores salvables y tus victorias factibles. Con todo lo que podías perder si no tenías valor para afrontar aquellas inseguridades que quizás merecieran la pena.
Entre el quizás y el miedo se había movido su vida. Un camino de probabilidades condicionadas en el que siempre eligió el atajo fácil. El atajo fácil del engaño feliz y pasajero. El de las lágrimas lloradas en silencio y a oscuras.
Se había esforzado en no demostrar debilidad. ¿Y todo para qué? Para terminar llorando en el pasillo de un hospital, rogándole a Dios y a los médicos, a la vida y a la muerte, que no se llevaran al hombre del que se había enamorado de manera irremediable.
Una mano trenzó la suya. Aquel gesto de apoyo la conmovió, porque en aquel momento no existía para ella mayor enemiga que la muerte. Abrazó a la mujer que tenía a su lado y sollozó como una niña pequeña y angustiada. Como una chiquilla enamorada, al fin y al cabo.
─Tiene que vivir ─exigió conmocionada─. Lo necesito...
DESCARGAR:
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***
FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 335 Kb
Servidores:
UsersCloud
&
Uploaded
SINOPSIS
¿Se podía morir de amor? Nunca antes se había formulado aquella pregunta, pero mientras recorría el largo pasillo del hospital, sentía que su corazón se paralizaba a cada nuevo paso. Perseguía la camilla que transportaba al hombre que había jurado proteger de sí misma, y al tipo del que prometió no enamorarse. A aquellas alturas, sobraba admitir que era pésima cumpliendo las promesas que se hacía a sí misma.
La idea de perderlo la aterrorizaba.
Un pinchazo se apoderó de su pecho al contemplar el cuerpo inerte sobre la camilla. Había gritado tantas veces su nombre que el hecho de susurrarlo le dolía demasiado. Incluso deseaba que él se despertara para que volvieran a discutir como dos idiotas que estaban demasiado enamorados el uno del otro para admitirlo sin sentir miedo.
¿Miedo?
La había perseguido toda su vida, pero el sentimiento era incomparable a la agonía que le producía su posible perdida. A veces era necesario que la realidad te abofeteara para que la contemplaras en toda su mediocridad. Con tus errores salvables y tus victorias factibles. Con todo lo que podías perder si no tenías valor para afrontar aquellas inseguridades que quizás merecieran la pena.
Entre el quizás y el miedo se había movido su vida. Un camino de probabilidades condicionadas en el que siempre eligió el atajo fácil. El atajo fácil del engaño feliz y pasajero. El de las lágrimas lloradas en silencio y a oscuras.
Se había esforzado en no demostrar debilidad. ¿Y todo para qué? Para terminar llorando en el pasillo de un hospital, rogándole a Dios y a los médicos, a la vida y a la muerte, que no se llevaran al hombre del que se había enamorado de manera irremediable.
Una mano trenzó la suya. Aquel gesto de apoyo la conmovió, porque en aquel momento no existía para ella mayor enemiga que la muerte. Abrazó a la mujer que tenía a su lado y sollozó como una niña pequeña y angustiada. Como una chiquilla enamorada, al fin y al cabo.
─Tiene que vivir ─exigió conmocionada─. Lo necesito...
DESCARGAR:
***Contenido oculto. Abra la versión completa del tema para visualizar los enlaces.***