pleyade
17 febrero 2020, 16:20
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FICHA TÉCNICA
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SINOPSIS
ESA MAÑANA DE INVIERNO, sacudida por un viento mistral, ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, se argumentaría la apelación de Edward Cooper versus Pensilvania. Un carruaje de dos caballos se detuvo frente a las escalinatas del capitolio federal en Washington, D. C. El conductor, con el fuete en su mano derecha, bajó de la calesa con un rápido movimiento de piernas sin hacer uso de la escalerilla lateral. Luego, después de un sencillo gesto ceremonioso, abrió con su otra mano, la pequeña puerta del transporte. Uno tras otro bajaron, en orden jerárquico, cinco hombres. El más alto de ellos, salió primero dando instrucciones a todos mientras sacudía la manga derecha de su chaqueta y la acomodaba a su brazo desde el puño.
—Hagan el favor de asegurarse que no se quede documento alguno —afirmó el abogado Meredith—, no quiero a nadie intentando localizar tontamente un cochero por toda la ciudad.
Asintieron sus directrices con la cabeza, mientras el último de ellos daba la última mirada dentro del coche. Gesticulaba el señor Meredith a uno de ellos,
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SINOPSIS
ESA MAÑANA DE INVIERNO, sacudida por un viento mistral, ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, se argumentaría la apelación de Edward Cooper versus Pensilvania. Un carruaje de dos caballos se detuvo frente a las escalinatas del capitolio federal en Washington, D. C. El conductor, con el fuete en su mano derecha, bajó de la calesa con un rápido movimiento de piernas sin hacer uso de la escalerilla lateral. Luego, después de un sencillo gesto ceremonioso, abrió con su otra mano, la pequeña puerta del transporte. Uno tras otro bajaron, en orden jerárquico, cinco hombres. El más alto de ellos, salió primero dando instrucciones a todos mientras sacudía la manga derecha de su chaqueta y la acomodaba a su brazo desde el puño.
—Hagan el favor de asegurarse que no se quede documento alguno —afirmó el abogado Meredith—, no quiero a nadie intentando localizar tontamente un cochero por toda la ciudad.
Asintieron sus directrices con la cabeza, mientras el último de ellos daba la última mirada dentro del coche. Gesticulaba el señor Meredith a uno de ellos,
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