Cultura para Todos
1 marzo 2020, 17:45
LTI; apuntes de un filólogo - Victor Klemperer (Audiolibro Voz Humana)
https://i.postimg.cc/zXX1XXB1/LTI-Klemperer.jpg
Victor Klemperer (1881-1960) era el hijo de un rabino que se doctoró en Múnich en 1914 con una tesis sobre Montesquieu. Durante la Gran Guerra sirvió como voluntario en el ejército alemán y en 1920 obtuvo la cátedra de Filología Románica en la Universidad de Dresde. Cuando comenzaron las leyes segregadoras de los judíos, se quedó en Alemania y, unos años más tarde, se libró de la deportación gracias a que su mujer era aria, aunque fue desposeído de la cátedra. Klemperer fue obligado a vivir hacinado en una casa de judíos y sirvió como mano de obra forzada en una fábrica durante la segunda guerra mundial. Sobrevivió a la caída del régimen y hasta el final de sus días vivió en Dresde, ciudad que quedó dentro de la RDA. De toda esta azarosa vida Klemperer nos ha dejado el testimonio en sus diarios.
Desde que Hitler llegó al poder en 1933, Klemperer fue anotando en sus diarios los rasgos que observaba en el lenguaje que utilizaba el régimen nazi, convencido de que la expresión de una época se define también por su lenguaje. El resultado de aquellas anotaciones y de otras reflexiones que guardó en su memoria —como judío tuvo restringido el acceso a las bibliotecas y a los periódicos— es este ensayo que tituló LTI. Apuntes de un filólogo (LTI. Notizbuch eines Philologen) y que apareció publicado en 1947. Las siglas LTI (Lingva Tertii Imperii ‘Lengua del Tercer Reich’) son un guiño paródico a la proliferación de siglas escritas en runas que generó el nazismo, como SS, SA, NSDAP, HJ, etc., algunas de terrible recuerdo.
zip (443.32 MB)
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Victor Klemperer (1881-1960) era el hijo de un rabino que se doctoró en Múnich en 1914 con una tesis sobre Montesquieu. Durante la Gran Guerra sirvió como voluntario en el ejército alemán y en 1920 obtuvo la cátedra de Filología Románica en la Universidad de Dresde. Cuando comenzaron las leyes segregadoras de los judíos, se quedó en Alemania y, unos años más tarde, se libró de la deportación gracias a que su mujer era aria, aunque fue desposeído de la cátedra. Klemperer fue obligado a vivir hacinado en una casa de judíos y sirvió como mano de obra forzada en una fábrica durante la segunda guerra mundial. Sobrevivió a la caída del régimen y hasta el final de sus días vivió en Dresde, ciudad que quedó dentro de la RDA. De toda esta azarosa vida Klemperer nos ha dejado el testimonio en sus diarios.
Desde que Hitler llegó al poder en 1933, Klemperer fue anotando en sus diarios los rasgos que observaba en el lenguaje que utilizaba el régimen nazi, convencido de que la expresión de una época se define también por su lenguaje. El resultado de aquellas anotaciones y de otras reflexiones que guardó en su memoria —como judío tuvo restringido el acceso a las bibliotecas y a los periódicos— es este ensayo que tituló LTI. Apuntes de un filólogo (LTI. Notizbuch eines Philologen) y que apareció publicado en 1947. Las siglas LTI (Lingva Tertii Imperii ‘Lengua del Tercer Reich’) son un guiño paródico a la proliferación de siglas escritas en runas que generó el nazismo, como SS, SA, NSDAP, HJ, etc., algunas de terrible recuerdo.
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