jmm00044
19 septiembre 2012, 17:55
La Octava Maravilla - Vlady Kociancich
http://i1127.photobucket.com/albums/l625/jmm00044/album2/la-octava-maravilla-vlady-kociancich-prologo-casares_MLA-O-1013 60529_3394_zps3c436899.jpg
Alberto Paradella, el narrador y protagonista de La octava maravilla, se siente acorralado ante la expectativa que su familia y su novia proyectan en su carrera de abogado. Él sólo desea una casita en Villa del Parque, los hijos que le dé su amada mujer y heredar el trabajo en la carpintería de su padre. Para zafarse de la presión, no tiene mejor idea que iniciar una farsa. Aunque termina con éxito su doctorado en leyes, en la misma fiesta de egresado comienza a fingir un papel adjudicándose el falso oficio de escritor: «estoy escribiendo», confiesa para el asombro y la admiración de sus familiares y amigos. Por otra parte, la novela —que constantemente vuelve sobre sí misma y reflexiona sobre el significado de la escritura, la literatura y la relación creador/obra— dice en boca del mejor amigo del protagonista:
«Ninguna ficción es limpia. El escritor de ficción pisa en el barro». Todo escritor es, por tanto, un impostor. Y Alberto lo es por partida doble.
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Alberto Paradella, el narrador y protagonista de La octava maravilla, se siente acorralado ante la expectativa que su familia y su novia proyectan en su carrera de abogado. Él sólo desea una casita en Villa del Parque, los hijos que le dé su amada mujer y heredar el trabajo en la carpintería de su padre. Para zafarse de la presión, no tiene mejor idea que iniciar una farsa. Aunque termina con éxito su doctorado en leyes, en la misma fiesta de egresado comienza a fingir un papel adjudicándose el falso oficio de escritor: «estoy escribiendo», confiesa para el asombro y la admiración de sus familiares y amigos. Por otra parte, la novela —que constantemente vuelve sobre sí misma y reflexiona sobre el significado de la escritura, la literatura y la relación creador/obra— dice en boca del mejor amigo del protagonista:
«Ninguna ficción es limpia. El escritor de ficción pisa en el barro». Todo escritor es, por tanto, un impostor. Y Alberto lo es por partida doble.
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