pleyade
26 abril 2020, 11:35
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FICHA TÉCNICA
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SINOPSIS
El viento había cesado por completo y el aire era tan tórrido que Roy Acuff no podía resistirlo; parecía como si cayesen llamas sobre su cabeza.
Jinete sobre un hermoso mustang, oteaba en vano el horizonte buscando una sombra o protección que le cobijara de aquel sol inclemente.
Era mediodía cuando Roy Acuff divisó las primeras casas del pequeño pueblo, Los Álamos, perteneciente al territorio de Nuevo México; el sol estaba suspendido a plomo encima de su cabeza, derramando llamas terribles. Todo desfallecía bajo aquel calor, ni una sola hierba de aquel pasto enano se movía o temblaba, no pudo ver ni un solo pájaro volar, ni una voz llegaba a sus oídos de aquel pequeño núcleo de población. El cielo estaba cuajado en un silencio de muerte que imponía y semejaba a una plancha de vidrio recalentada; el aire burbujeaba como el agua en el fuego, sintiendo un gran placer llevando los ojos semicerrados para no ser cegado por el aire.
Más próximo al pequeño pueblo, pudo oír la voz alegre y quejumbrosa de una guitarra rasgueada por manos inexpertas en el oficio.
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El viento había cesado por completo y el aire era tan tórrido que Roy Acuff no podía resistirlo; parecía como si cayesen llamas sobre su cabeza.
Jinete sobre un hermoso mustang, oteaba en vano el horizonte buscando una sombra o protección que le cobijara de aquel sol inclemente.
Era mediodía cuando Roy Acuff divisó las primeras casas del pequeño pueblo, Los Álamos, perteneciente al territorio de Nuevo México; el sol estaba suspendido a plomo encima de su cabeza, derramando llamas terribles. Todo desfallecía bajo aquel calor, ni una sola hierba de aquel pasto enano se movía o temblaba, no pudo ver ni un solo pájaro volar, ni una voz llegaba a sus oídos de aquel pequeño núcleo de población. El cielo estaba cuajado en un silencio de muerte que imponía y semejaba a una plancha de vidrio recalentada; el aire burbujeaba como el agua en el fuego, sintiendo un gran placer llevando los ojos semicerrados para no ser cegado por el aire.
Más próximo al pequeño pueblo, pudo oír la voz alegre y quejumbrosa de una guitarra rasgueada por manos inexpertas en el oficio.
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