pleyade
20 junio 2020, 17:17
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FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 186 Kb
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UPLOADED
SINOPSIS
Un extranjero llega a Trieste atraído por el peso de sus recuerdos, por la fuerza de su pasado. Sólo aspira a revivir una vieja historia de amor, pero su evocación es tan fuerte como para que de ese pasado surjan también otras vidas, cuyo nexo común con la suya quizá sea la figura de una mujer. O quizá, simplemente, una pirueta del destino o una alucinación. El extranjero se convierte así en espectador y testigo de una maravillosa historia de amor, que no es tan sólo eso. Porque también esta historia de amor es una historia de asesinatos, persecuciones y torturas, de violencia y de terror. Los protagonistas son Diana, una bella muchacha triestina, y Kirk, un capitán norteamericano, que viven un idilio perfecto sobre el fondo de la ciudad en la posguerra y el entramado de las luchas e intrigas políticas, del espionaje y el contraespionaje, que constituye la tela de araña que los envuelve. Héroes y traidores, inocentes y culpables, interpretan su papel —sucio papel muchas veces— en un terrible drama del cual ignoran el final que pueda tener.
Una vez más, con esta obra, Scerbanenco nos da una muestra de su especial talento para captar las facetas más luminosas y las más siniestras de la existencia, para crear personajes con fibra, con nervio, con calidad.
[*=center]La tumba estaba abandonada por completo, y seguramente nadie había depositado una flor en ella. Me detuve un rato para hablar con ella, le pedí que me perdonase si no siempre la había recordado en todos aquellos años; cierto que ella debía saber ya que el amor de los vivos no tiene ningún valor y que es fugaz como una huella sobre él agua, pero también que yo, aunque estuviese vivo, la había amado mucho y la amaba todavía, y que envejecía sin amargura pensando qué, en cierto modo, llegaría a reunirme con ella, y aunque la muerte fuese un vacío eterno, la nada, por lo menos estaría muerto como...
[*=center]Los razonamientos de Holbes siempre eran lúcidos. A veces tenía una imaginación un tanto excesiva y veía cosas que no existían, pero esto no era un defecto en el «servicio», ya que siempre era mejor ver aquello que no era que dejar de ver lo que sí era.
[*=center]Es lógico que sea así, pues no es posible olvidar a una persona de un momento a otro… Especialmente, cuando esta persona desaparece súbitamente. A veces parece que todavía siga con vida. Mi madre murió por la noche; me despedí de ella antes de acostarme, y a la mañana siguiente ya no existía. Muchas veces he pensado que no podía ser verdad que estuviese muerta.
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SINOPSIS
Un extranjero llega a Trieste atraído por el peso de sus recuerdos, por la fuerza de su pasado. Sólo aspira a revivir una vieja historia de amor, pero su evocación es tan fuerte como para que de ese pasado surjan también otras vidas, cuyo nexo común con la suya quizá sea la figura de una mujer. O quizá, simplemente, una pirueta del destino o una alucinación. El extranjero se convierte así en espectador y testigo de una maravillosa historia de amor, que no es tan sólo eso. Porque también esta historia de amor es una historia de asesinatos, persecuciones y torturas, de violencia y de terror. Los protagonistas son Diana, una bella muchacha triestina, y Kirk, un capitán norteamericano, que viven un idilio perfecto sobre el fondo de la ciudad en la posguerra y el entramado de las luchas e intrigas políticas, del espionaje y el contraespionaje, que constituye la tela de araña que los envuelve. Héroes y traidores, inocentes y culpables, interpretan su papel —sucio papel muchas veces— en un terrible drama del cual ignoran el final que pueda tener.
Una vez más, con esta obra, Scerbanenco nos da una muestra de su especial talento para captar las facetas más luminosas y las más siniestras de la existencia, para crear personajes con fibra, con nervio, con calidad.
[*=center]La tumba estaba abandonada por completo, y seguramente nadie había depositado una flor en ella. Me detuve un rato para hablar con ella, le pedí que me perdonase si no siempre la había recordado en todos aquellos años; cierto que ella debía saber ya que el amor de los vivos no tiene ningún valor y que es fugaz como una huella sobre él agua, pero también que yo, aunque estuviese vivo, la había amado mucho y la amaba todavía, y que envejecía sin amargura pensando qué, en cierto modo, llegaría a reunirme con ella, y aunque la muerte fuese un vacío eterno, la nada, por lo menos estaría muerto como...
[*=center]Los razonamientos de Holbes siempre eran lúcidos. A veces tenía una imaginación un tanto excesiva y veía cosas que no existían, pero esto no era un defecto en el «servicio», ya que siempre era mejor ver aquello que no era que dejar de ver lo que sí era.
[*=center]Es lógico que sea así, pues no es posible olvidar a una persona de un momento a otro… Especialmente, cuando esta persona desaparece súbitamente. A veces parece que todavía siga con vida. Mi madre murió por la noche; me despedí de ella antes de acostarme, y a la mañana siguiente ya no existía. Muchas veces he pensado que no podía ser verdad que estuviese muerta.
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