pleyade
13 octubre 2020, 17:39
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FICHA TÉCNICA
Formato: epub
Tamaño: 621 KB
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UPLOADED
SINOPSIS
Timothy Ryker miró atrás, asustado, mientras cabalgaba a todo galope.
Un disparo silbó junto a su cabeza. Rozó las alas de su raído sombrero, perdiéndose luego la bala en el vacío. Espoleo con más fuerza a su caballo, y éste aceleró su cabalgada con un relincho de dolor.
A Timothy le dolió hacer eso. Era incapaz de hacer sufrir a un animal, y quería a su montura como a un viejo amigo. Pero no podía hacer otra cosa. Se trataba de su vida. Y de algo más que su vida: también estaba en juego la de los suyos.
Sabía que no tenía escapatoria. Nadie la tenía en Devils Lake. Tarde o temprano, sería capturado. Y sabía cuál iba a ser su castigo. Si es que se le podía llamar castigo a la injusticia y a la crueldad de sus enemigos para con personas como él, que sólo pretendían luchar por lo que era suyo.
Los jinetes que le perseguían no tenían tan buenos caballos como el suyo, por fortuna para él, al menos momentánea. Se quedaron ligeramente rezagados en su tenaz persecución. Timothy se hundió en una cañada, entre los montículos nevados, cuyo blanco suelo crujía bajo las patas de su montura, levantando trozos y polvillo de nieve.
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SINOPSIS
Timothy Ryker miró atrás, asustado, mientras cabalgaba a todo galope.
Un disparo silbó junto a su cabeza. Rozó las alas de su raído sombrero, perdiéndose luego la bala en el vacío. Espoleo con más fuerza a su caballo, y éste aceleró su cabalgada con un relincho de dolor.
A Timothy le dolió hacer eso. Era incapaz de hacer sufrir a un animal, y quería a su montura como a un viejo amigo. Pero no podía hacer otra cosa. Se trataba de su vida. Y de algo más que su vida: también estaba en juego la de los suyos.
Sabía que no tenía escapatoria. Nadie la tenía en Devils Lake. Tarde o temprano, sería capturado. Y sabía cuál iba a ser su castigo. Si es que se le podía llamar castigo a la injusticia y a la crueldad de sus enemigos para con personas como él, que sólo pretendían luchar por lo que era suyo.
Los jinetes que le perseguían no tenían tan buenos caballos como el suyo, por fortuna para él, al menos momentánea. Se quedaron ligeramente rezagados en su tenaz persecución. Timothy se hundió en una cañada, entre los montículos nevados, cuyo blanco suelo crujía bajo las patas de su montura, levantando trozos y polvillo de nieve.
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