jmm00044
24 octubre 2013, 11:42
Los Godos - Jurate Rosales
http://i1127.photobucket.com/albums/l625/jmm00044/AA/1-1750.jpg
Roma, la dueña del universo, fue humildemente entregada al ejército visigodo por sus propios ciudadanos un 24 de agosto del año 410. Durante los siguientes tres días y noches, las huestes godas recorrerían las calles de la gran ciudad saqueando casa tras casa, matando al que se resistiese, llevándose el oro y la plata, las sedas orientales, las púrpuras reales y cuanta riqueza encontraban a su paso.
La tradición grecorromana de la que supuestamente somos herederos, quiso convencernos de que aquel momento fue un día de luto para la civilización. En el siglo XXI, desde la primaria hasta el postgrado nos inculcan la idea de que con la caída de Roma, Europa fue invadida por unos bárbaros salvajes e ignorantes y el mundo tuvo que esperar al Renacimiento para reencontrarse con la cultura. Recitamos esa letanía sin percatarnos de que lo hacemos vestidos con el pantalón y la camisa a la manera que nos legaron los godos y no envueltos en una toga romana. No nos damos cuenta de que nuestras casas se construyen con volados y balcones al estilo godo, nuestra música obedece a reglas armónicas de la música goda, y en un plano más profundo, hasta el día de hoy, pensamos, actuamos, vivimos, trabajamos y producimos, desde hace mil quinientos años, dentro de los usos y costumbres que nos impusieron los godos. Es más: nuestro código de ética en la vida diaria, más que cristiano, sigue siendo godo en el concepto del honor.
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Roma, la dueña del universo, fue humildemente entregada al ejército visigodo por sus propios ciudadanos un 24 de agosto del año 410. Durante los siguientes tres días y noches, las huestes godas recorrerían las calles de la gran ciudad saqueando casa tras casa, matando al que se resistiese, llevándose el oro y la plata, las sedas orientales, las púrpuras reales y cuanta riqueza encontraban a su paso.
La tradición grecorromana de la que supuestamente somos herederos, quiso convencernos de que aquel momento fue un día de luto para la civilización. En el siglo XXI, desde la primaria hasta el postgrado nos inculcan la idea de que con la caída de Roma, Europa fue invadida por unos bárbaros salvajes e ignorantes y el mundo tuvo que esperar al Renacimiento para reencontrarse con la cultura. Recitamos esa letanía sin percatarnos de que lo hacemos vestidos con el pantalón y la camisa a la manera que nos legaron los godos y no envueltos en una toga romana. No nos damos cuenta de que nuestras casas se construyen con volados y balcones al estilo godo, nuestra música obedece a reglas armónicas de la música goda, y en un plano más profundo, hasta el día de hoy, pensamos, actuamos, vivimos, trabajamos y producimos, desde hace mil quinientos años, dentro de los usos y costumbres que nos impusieron los godos. Es más: nuestro código de ética en la vida diaria, más que cristiano, sigue siendo godo en el concepto del honor.
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