Ese dia las calles se llenaron de alegria, las casas tenian un brillo especial. Los balcones, engalanados para la ocasión, esperaban pacientemete el pasacalle de amor, el desfile de paz que tanto habian anhelado las mujeres. Madres, abuelas, hermanas... todas habian guardado penas por sus hombres. Esos heroes caseros que un dia dejaron todo y se fueron, cargados de honor y sin mas munición que el valor y el coraje.