!A muerte! !A muerte!
Gritaba enloquecido nuestro capitan detras de nosotros.
Aquel grito de guerra se metia dentro de mi cabeza impulsandome a seguir corriendo pero la verdad es que estaba muerto de miedo y no podia pensar en otra cosa que no fuera en salvar mi pellejo.
Veia caer a mis compañeros en el flagor de la batalla, heridos de muerte o hechos pedazos. La rabia crecio dentro de mi como el fuego y entonces yo tambien enloqueci. No se cuantos enemigos mate disparandoles a quemarropa hasta que me quede sin balas. Despues comence a atravesarlos con mi bayoneta y ni siquiera me di cuenta de que la mayoría apenas se defendian pues no llevaban armas.
Cuando estaba a punto de rematar a uno que yacia en el suelo boca arriba me fije en su cara y de pronto lo comprendi todo.
Por dios son solo niños disfrazados de soldados! - les grite a los que venian detras.
Pero no sirvio de nada, mi comandante surgio de la nada golpeandome en la cabeza con la culata de su fusil y ya no vi nada mas.