
Iniciado por
Pablo Chavarría
Hola, no sé si todavía llego a tiempo pues veo que incluso ya votaron. De todas maneras quería compartir mi relato, tiene 149 palabras. Si aún puedo participar, avísenme para dar también mis valoraciones Ok?
Y cuando todo parecía perdido, olvidado, cubierto por el pasado o por la noche más oscura; la rueda dio otra vuelta, una vuelta más.
Sobre la carreta tirada por mulitas, único medio de transporte en el pueblo, yacía el cuerpo bello y transparente del difunto. Lo llevaban a la casa de su madre.
Allí, una mujer que envejeció setenta años en una sola noche, se sentó a esperar la hora de su llanto. La viuda de ojos rojos acicalaba a dos niños engominados y el padre, esperaba ansiosamente. Ignoraba que olvidaría su discurso al recordar la última sonrisa de su hijo muerto.
Y cuando todo parecía duro, tenso, cristal a punto de romperse; el murmullo del rezo borró las lamentaciones estridentes, el zumbido titilante de las velas y hasta el acoso circular de las aves de rapiña. Así sigue ese pueblo y al muerto todavía no lo entierran. Por respeto.