Si no creyera en la locura,
abusaría de la cordura,
sin perder la compostura
ni perecer en mi andadura.
Así me ganaría la candidatura
para poseerte, sin atadura
y procurar siempre tu buenaventura.
Podría contemplar a diario tu figura
y detenerme en cada curvatura,
hacer de tu cuerpo una escultura
o componer para ti una partitura.
Endulzaría en tu vida la amargura,
disfrazándola de caricatura,
negociaría a la conciencia, la parte mas impura
y la enfrentaría con bravura,
como el caballero que va sin armadura.
Despertaría anhelándote en la noche oscura,
como río naciente a su desembocadura,
si no creyera en la cordura,
me volvería, por amor, loco de atadura.