Ese día las calles se llenaron de alegría desaforada.
¡¡Llovía!!
Después de tanto tiempo, después de aguantar el sucio y polvoriento paisaje, esta lluvia es un pequeño regalo y a la vez un respiro. Por fin tus plantas renacerán y con ellas volverá tu recuerdo. Tus hermosas plantas, esas que te hacían sonreír iluminando tu cara, aliviando pesares de tu afligida alma. Guardo esas semillas como un último tesoro.... y ahora que llueve, vengo a plantarlas, en esta, tu última morada.