Ese día las calles se llenaron de alegría, 40 años habían pasado desde que la odiosa dictadura había tomado el poder, y ahora, por fin había libertad.
La plaza se fue llenando, miles y miles llegaron a celebrar la victoria, atrás quedaban 50 mil muertos y el país en ruinas destrozado por los cañones genocidas del dictador.
Ese día las calles se llenaron de esperanza en un futuro mejor para todos los y las nicaragüenses, la odiada guardia nacional había sido derrotada por el pueblo en armas que reclamo a punta de plomo su derecho a vivir en una país libre, con igualdad, con justicia para todos.
Ese día las calles se llenaron de amor por nuestros héroes y mártires, que ofrendaron su vida por la libertad de todo un pueblo esclavizado.
Somoza ya no estaba en Nicaragua, era el 19 de Julio de 1979, la revolución había triunfado.