Ese día las calles se llenaron de murmullos. A cada paso que daban se escuchaba el cuchicheo de hombres y mujeres emitiendo sentencia. Las esquinas, los portales, los negocios... todo rincón era oportuno para reunirse a comentar.
Es que por primera en esas calles dos mujeres tuvieron la valentía de mostrar la felicidad que les trae el amor.