
Iniciado por
Jseditar
Sobre la pequeña mesa ubicada junto a su cama ubiqué la lucecita que la ayudaría a sobrellevar sus terrores nocturnos.
Suerte tiene mi niña de que sólo de noche sobrevengan los temores. Durante el día, su amoroso padre le asegura la provisión de afectos que le permite enfrentar con una simple lamparilla lo desconocido.
Los adultos también estamos asustados. No hay conjuros sencillos que favorezcan el consuelo cuando las fuerzas terribles de los mal llamados “mercados” nos desequilibran: ajustes, desempleo, salarios de perro, cambios climáticos, destrucción del planeta, represión de la protesta y mil delicias más con que los chefs de la desgracia aderezan el menú de nuestras últimas cenas, mientras se alimentan feroces con los despojos de sus semejantes.
Y así seguirán hasta que los exorcicemos con la luz de nuestras verdades.
¡Cuidado, homen lupus homini, los pueblos se despiertan! …… y en un hermoso giro idiomático les diremos ¡va fangulo! …….
Nuestros pequeños, entonces, podrán dormir tranquilos.