Pues bien, compañeros microrrelateros, no habiendo más participantes en esta edición, estimo que de inmediato comencemos el proceso de votación.
Erguido y orgulloso, como asta de bandera; al escribir, jamás reveló su nervio de bandera en asta. Escribía contra los desmanes y ciego se sumaba a las protestas. Era feliz cuando, semana a semana, sus compañeros celebraban el panfleto.
Pero dos, quizá tres años después, conoció a cierta mujer aristocrática y abandonó los microrrelatos para leer un poco más a Garcilaso de la Vega y así vivió más contento todavía. Sus amigos, de inmediato lo declararon alienado y quemaron en hogueras todo rastro de su poesía, gritando maldiciones en su nombre. La paz requiere cambios.
(Esta semana estoy más breve: 95 palabras).El Coronel
Erguido y orgulloso, como asta de bandera nacional, se encontraba el coronel ante sus tropas. Era de recto proceder, a veces muy estricto; pero para él, sus hombres estaban primero y siempre se preocupó por protegerlos como si fueran sus propios hijos. Su don de mando nunca se interpuso para tratar a cada uno con el mismo cariño y respeto de siempre. Sus soldados lo sabían y por tal razón siempre fue obedecido ciegamente.
Jamás se alimentó sino hasta que el último de sus hombres lo hiciera primero. Y mientras dormían, él velaba por ellos. Y si alguno enfermaba, no descansaba hasta encontrarle remedio.
Aquella oscura y amarga mañana, en que el ínclito comandante no regresó al cuartel, todos endecharon su ausencia. Su féretro, adornado con los símbolos patrios, fue regado con las lágrimas de quienes le sirvieron con devoción, respeto y admiración.
(*) 145 palabras, incluyendo el título.
Erguido y orgulloso, como asta de bandera, me fui acercando.
Las pastillas son maravillosas. Reemplazan lo que natura no brinda y los papelones acabaron. Me sentía un adolescente.
El estúpido orgullo casi olvidado de mi perfomance enhiesta me impidió mirarla. Como no las ven los chicos, más preocupados por el rendimiento cuantitativo que cualitativo.
Grave error ……. olvidé que la mujer madura desea más que una pubertad artificial, fabricada farmacológicamente.
No recordé que el relativo fracaso de fallar puede compensarse con amor, ternura, preocupación para buscar el placer de encontrarnos sobrepasando lo meramente genital. El varón es, para ellas, algo diferente a un recordman del sexo, cual boy scout siempre listo.
El éxito fisiológico no pudo ocultar la demostración de mi inmadurez machista.
La perdí, por supuesto, aún amándola. Ella esperaba otras cosas y mi jovencito dopado mordió el polvo.
Nunca más la panacea azul. Iré por mi mismo, a suerte y verdad. Tendré mejor resultado seguramente.
(150 palabras, en todos los límites)Erguido y orgulloso, como asta de bandera lo muestra la iconografía oficial y así preferimos verlo.
Pero ese espectro semivestido, enfermo, famélico y agitado por accesos de tos irrefrenables que emergió entre malezas, selva y yuyos espinudos sólo tenía duro su descargado fusil y una bolsa de libros atada a la cintura bajo el torso descubierto.
El pobre soldadito tenía órdenes de matar, pero la voz serena lo contuvo.
“No dispares … soy el Che Guevara … valgo más vivo que muerto”.
La aparición humanizada del fantasma que desvelaba sus pesadillas nocturnas fue demasiado para él y no pudo matarlo.
Se equivocaban ambos. El imperio lo necesitaba muerto y ordenó asesinarlo.
Debió dar él mismo la orden de “Fuego”, porque nadie se animaba a disparar, y las fotos de su cadáver semejan las de un Cristo nuevamente sacrificado.
¿Cómo no verlo erguido y orgulloso?
Incluso en la hora final fue más hombre que todos sus enemigos.
(149 palabras)