- Gracias, ha sido un buen viaje.
Su sonrisa subrayaba palabras que un jadeo entrecortado permitía apenas adivinar.
Había sido un maravilloso recorrido por la existencia y, a punto de separarnos, quería decirlo, gritarlo a los cuatro vientos para no dejarme abandonado en tristeza, ignorancia o culpa alguna.
- Con nadie hubiera viajado como contigo, repuse.
- ¿En serio? ….. ¿no extrañaste …..?
- Nada había para extrañar. Estuviste siempre conmigo. Me hiciste feliz, contesté apretando su trémula mano.
Creo que no escuchó más. Suspiró y se fue. Contenta por lo logrado.
Ayer la enterramos. Hoy quedé solo para siempre en el recorrido que me quede. Acompañado por su recuerdo será menos dura la soledad.
Duerme tranquila, mujer. Tu hombre vivirá soñando con el reencuentro y un día volaremos entre las nubes vaporosas de un amor que nunca morirá.
Juntos hasta el infinito, por sobre la vida, la enfermedad y la muerte.
145 palabras.- Gracias, ha sido un buen viaje. Lo único que no me gusta son las azafatas.
Los milicos no tienen mucho sentido del humor. El puntapié lo dobló en dos pero alcanzó a farfullar, aclarando:
- ¿Ven? … eso es lo que digo.
Lo dejaron por imposible.
Los demás temblaban, sin saber si estaban siendo llevados a un vuelo de la muerte y caerían bajo un cielo plomizo hacia la nada o el avión tendría un destino de cárcel, pero viviente.
Él, libre en su interior de pobre carne vapuleada, todavía desafiaba a sus raptores y erguía su espíritu frente a la desgracia sin rendirse. Su ejemplo dio valor a todos.
Les tocó la prisión y no la caída sin parapente. Por eso pudo contarse mil veces la anécdota que lo hizo famoso.
Nunca fue más Hombre que en aquel instante. Y sus compañeros, todavía hoy se lo agradecen.
142 palabras.
NOTA: no aspiro a ganar esta etapa del concurso sino a rendir un homenaje. La historia es absolutamente real y ocurrió durante la represión en la Argentina.
Su protagonista es un amigo que murió hace unas semanas, siempre idéntico a si mismo en su fuerza e ideales: Daniel “Chango” Illanes era su nombre.
Hasta la Victoria siempre, Compañero.
"Gracias, ha sido un buen viaje". Fue esta la única frase que pudo pronunciar aquel extraño y enigmático hombre. Se despidió de quien lo encaminó hacia ninguna parte, no tenía idea de adónde había llegado; su estado de ebriedad no lo dejaba razonar con sindéresis. Miraba hacia todas partes, no podía ver con claridad, pues todo le daba vueltas. De repente, hurgó ansioso entre sus raídos bolsillos en busca del elixir de marras, pero no lo encontró. Sólo pudo extraer de las apolilladas entrañas de su camisa un viejo y amarillento libro. Lo observó curioso y decepcionado, mientras se decía a sí mismo: "¡¿Quién habrá colocado esta porquería en mi bolsillo?! Lo tiró a la basura y se alejó dando zigzag por aquel tortuoso y polvoriento camino de piedras.
¡Papá, mamá; miren: encontré un libro que dice Don Quijote, pero está sucio y huele mucho a Whisky!
147 palabras
Gracias, ha sido un buen viaje,
viaje de los versos libres,
libres porque ellos decidieron,
decidieron igual quedar conmigo,
llegar a mí
y hacer en mí,
su maravilla.
Gracias, ha sido un buen viaje,
viaje de ida que es retorno,
retorno al sueño que es ser yo mismo
y escribir soñando que despierto,
un poco.
Escribo, escribo... ¿por qué escribo?
Para que mañana vengas en un viaje diferente
y haya más versos por volar,
más tormentas por llover,
más ponzoña por tragar
y más dichas de prosperidad
por compartir.
(Son 89 palabras).Daremos dos días para la votación y así comenzaremos otra ronda más.Gracias, ha sido un buen viaje.
—Te devolveré hasta el último euro que te has gastado.
—No hace falta, yo también he disfrutado del viaje, he comido en los mismos restaurantes, dormido en los mismos hoteles y visto las mismas maravillas que tu.
—Bueno, pero no tal y como lo planeamos....
- ¿Quien iba a pensar que te enamorarías de nuestro guía en nuestra luna de miel?
—No sé cómo se lo contare a mis padres, ellos siempre pensaron que serias tu quien me dejarías por otra. Tuvieron serias dudas antes de ofrecerte el puesto de Director en la empresa.
Unas horas más tarde Fernando se reunió con su amante en el mismo hotel de siempre. Todo había salido según lo planeado. En aquel momento el guía turistico que tan bien había realizado su trabajo y tantas atenciones había prestado a su mujer, habría recibido el sobre con el dinero acordado.