Los amores cobardes no llegan , no saben, no existen. Porque el verbo "a de amar" se dice con "v de valentía", con "c de comprensión", con la mística "m" con que nace la mañana y con la "fe" de "fe irrenunciable". El verbo "a de amar", carda y acaricia la larga cabellera de los tiempos y de allí ni quien la saque; por eso los amores cobardes no llegan ni a ideas, o es más, en palabras se quedan; en promesas vacías, en cobardías y nada más que en cobardías. Cuando se acepta aquel verbo "a de amar", las cosas a su alrededor, por extensión, se simplifican.
(107 palabrejas).