Los amores cobardes no llegan nunca a ser correspondidos. Están condenados al fracaso antes mismo de llegar a nacer en nuestros corazones. Envenenan nuestras noches y envenenan nuestros días con las palabras no pronunciadas que mueren en los labios por miedo a ser pronunciadas.
Si tú supieras que eres la razón de mi vida, quizás me amarías como yo a ti o tal vez correrías para alejarte de mí para siempre.
Guardare tu recuerdo muy dentro del alma. Viviré soñando con lo que pudo ser y nunca será.
Hare míos tus rasgos, tu voz, el vuelo de tu pelo al viento durante nuestros paseos y tus ojos que me traspasaban. Es lo único que me quedara de ti cuando termine la boda.
¿Por qué te fijaste en alguien que no te ama y no en mi que moriría porque me mirares una sola vez como lo haces a el?