Los trabajadores somos el verdadero motor de cualquier economía, independientemente del signo político e ideológico bajo el cual estos actúen. Y no importa cuánto prosperen los dueños del capital, porque mientras no mejoren los salarios y condiciones de los trabajadores, nunca habrá progreso ni desarrollo sostenido en ninguna sociedad.
¡Que vivan los trabajadores de todo el mundo!