El poder de Franco continuaba acorralando a los vencidos. La exclusión laboral y social, la humillación y el hambre doblegaban sus ilusiones. En España había más de medio centenar de campos de concentración y centros de reclusión distribuidos por toda la geografía. Al terminar la guerra de España, los centros penitenciarios y las cárceles se saturaron de prisioneros, hasta tal punto que hubo que improvisar otros espacios. Las situaciones más temidas en las cárceles eran la famosas “sacas” y ”paseos” de los presos hacia un incierto destino, que el resto de los encarcelados intuía en su silencio. Frente a este contexto histórico de represión en España y auspiciado por el Partido Comunista, a partir del verano de 1941 se adoptan en el territorio francés los postulados políticos de Unión Nacional y aparece la revista “Reconquista de España”, portavoz de la nueva organización. Mientras en Europa continuaba la lucha contra Hitler, los comunistas asumieron el liderazgo de los maquis españoles. De estas bases francesas de entrenamiento político-militar salieron los grupos de hombres y mujeres que volvían clandestinamente a España para coordinar las actividades políticas de la Unión Nacional.
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Las ilusiones perdidas: Entre rejas
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