La sala del poeta.....

[EdgarQR]

CARTA

Estoy borracho de nostalgias.
De las lejanas (irreparables),
de las cercanas (imperdonables).

Me dejo estar.

Divago un poco,
me desvelo mucho.

No me salen otras letras
que no sean
las del desastre,
las del vértigo.

Me refugio en el trabajo,
me dejo llevar
por esas cálidas manos de la costa,
por esos
verdes
violadores
violentos
que brotan de las palmeras,
de los mangales,
de las ceibas
enraizadas en un inframundo
que perece
junto con la memoria colectiva.

Visito la playa
trato de convencerme
que estoy en una fase
(mi terapeuta entrecierra los ojos y gesticula un "bien hecho"),
que ya saldré de la miopía
y de la página en blanco.

Una cerveza, dos, tres...
Tambaleándome
volver a la oficina
y caminar entre los prostíbulos
y sentir las miradas escrutadoras de los travestidos,
las miradas impúdicas de las putas gordas y viejas.

Una mano dice hola la otra increpa,
grita un adiós.

Llegar al puente sobre el canal
es partir el sueño en dos.
Atrás queda el mar
(sueño lúdico, lúbrico),
frente a mis ojos
el concreto
y la fealdad de un pueblo
que envejece sin gracia
(pesadilla, infierno de manos).

Frente y dentro de mi
queda parte de la pesadilla,
me abrazo a los recuerdos.
Me abofeteo.
Prefiero mis ayeres.
Me desencuentro con mi presente.
Quisiera partir y ser otro.

Luego despierto y veo y sonrío.
Soy ese que todos saludan.
Ese que con Whitman "celebra y canta".
Mis sombras son la resaca.
Y vuelvo a la playa
y es nubes y mar. Nada más.

Un silencio de pescadores
que se arremangan los pantalones
y enhebran sueños
en cada anzuelo
de sus líneas de pescar.

Mis miedos y cobardías
son gaviotas y pelícanos
que se alzan sobre el viento

y se marchan.

Ahora
estoy borracho
de sal y marea.
De presente tonante.
Ahora,
sólo ahora,
puedo saludarte.

Agradecer
y extrañar tus palabras.


Puerto San José, Escuintla, junio de 2008.