El domingo, las elecciones
Bajo la blanca nube,
una mujer eleva
un cántaro pesado:
en su aldea no hay agua.
Bajo la estrella que fulgura,
un adolescente duerme
sobre el pavimento duro:
en su vida no existen los tálamos.
En la tierra de la eterna primavera,
dos candidatos se disputan
el sueño de los justos.
En sus corazones no hay verdad,
yo sé decirlo,
ante sus ojos no hay pobreza,
yo sé afirmarlo;
en su dura idiosincrasia,
no existimos los guatemaltecos.
Así, ni para donde.