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Tema: Debate ante audio-libros

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  1. #1
    Fecha de ingreso
    octubre 2010
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    Predeterminado Re: Debate ante audio-libros

    Trataré de plantear algunas reflexiones iniciales, o sea las primeras cosas que se me ocurren, sin con eso pretender agotar el tema ni tampoco plantear una posición acabada de mi parte.
    En principio, no veo los audiolibros ni bien ni mal en si mismos, y creo que el tema podría tener que ver con su utilización más que con su existencia.
    No podemos olvidar que grandes autores, como Guillén, Borges, Cortázar, Alberti, Neruda, Benedetti y tantos otros han sido "relatores" de sus propias obras, concebidas originalmente para ser leidas ....... de manera que no me rasgaría las vestiduras por principio, si ellos no lo hicieron.

    Por un lado, la lectura recupera los orígenes de un cierto tipo de literatura al poner en juego la oralidad, que fue el modo de trasmisión inicial de lo literario en prácticamente todas las culturas, donde lo escrito no existía o estaba al alcance de sectores muy reducidos ...... basta pensar en Homero, la épica, la leyenda, las tradiciones populares, etc. y vemos que la introducción de lo oral en lo literario no es precisamente un fenómenos nuevo.

    Por otro, hay toda una tradición también de textos originados para su trasmisión oral, de lo que podrían ser buenos géneros la poesía (recordar los juglares o el moderno juglar Paco Ibáñez), el teatro, más modernamente el radio-teatro, etc.

    Y no cualquiere estaba (ni está) en condiciones de trasmitir de manera adecuada, de manera que esta forma literaria introduce el papel primordial del relator como re-creador de la obra.

    Otra forma de reflexión posible tendría que ver con el tiempo, en una sociedad donde este insumo es cada vez más escaso. El audiolibro pondría importantes contenidos al alcance de grandes poblaciones que no podrían contar con la tranquilidad u ocasión necesarias para gozar del placer de la lectura. En todo caso, el problema pasaría por ver quién, y en función de qué parámetros, define lo que se pone o no al alcance de la gente.

    En cuanto al origen histórico de prácticas como las que se refieren acerca de las fábricas cubanas, donde la oralidad no implica una forma de trasmisión para la cual se busca una ocasión "especial" (a los juglares, los aedas o los actores se los escuchaba intencionalmente buscando el momento para hacerlo), creo reconocer su origen en los monasterios medioevales, donde se leia a los momjes en horarios especiales, como los de las comidas. Esta práctica todavía es común entre cuertas órdenes religiosas ...... y tiene que ver con cierta forma de "adoctrinamiento" consentido más o menos pasivamente, donde el "superior" define los textos a leer.

    En nuestra época, los audiolibros tengo idea de que fueron concebidos inicialmente para los niños ........ ¿su generalización implicaría necesariamente un tratar a los adultos como niños o, teniendo en cuenta la capacidad de elegir de unos y otros, llevarlos a ambos a nuevas formas de relacionarse con ciertos contenidos de su interés?

    Fuera para adultos o niños, si la intención es adoctrinar, evitar que el receptor "hinche la paciencia" (como tantas veces se hace con los niños) o cosas por el estilo, la utilización del audiolibro sería perniciosa ....... pero no creo que esas sean sus principales utilidades.

    En fin ......... que el temita se las trae, y no tengo las cosas muy claras para nada .........

  2. Los siguientes 4 Usuarios agradecieron a Jseditar este mensaje:

    Cantonuevo (24 abril 2011), Pablo Chavarría (24 abril 2011)

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