Olvidar le convenía a los franquistas, pero también a los demócratas, olvidar que durante la dictadura, sólo el PCE, y al principio la CNT, fueron las únicas fuerzas políticas hostiles al franquismo, mientras que el resto de "demócratas", o eran un acartonado testimonio en el exilio, o simplemente nunca existieron.


Franco duró, porque las grandes potencias no encontraron entre los antifranquistas, un partido, o una persona, capaz de sustituirle sin provocar un mal mayor, y porque aparte de grupúsculos aislados, la población española en su conjunto, se acomodó mansamente a la dictadura, del mismo modo, no se contaba con cuadros para formar un nuevo régimen, esa es la gran vergüenza de la dictadura. Franco nunca temió a los demócratas españoles, porque nunca tuvo motivos para preocuparse por ellos.


La monarquía y el traspaso de poderes a los demócratas, fueron una forma inteligente de evitar un baño de sangre, vergonzosa e innoble para algunos, pero necesaria.