Me fascina hablar contigo hermano.
Pregunta ¿Esto se debe a que en el nivel científico, como lo has llamado; solo sean aceptados los argumentos de tipo racional y en el político, son válidos otro tipo de argumentos no necesariamente racionalistas sino que se fundamentan también en cuestiones subjetivas?
Sin importar que resultado arroje esa pregunta; queda claro que no podemos explicar la poesía apelando a cuestiones de su fenomenología (¿nivel científico?). Redoblando entonces el problema, desde el punto de vista retórico, donde carecemos de un lenguaje certero y preciso para definirla y solo nos podemos aproximar y del otro que planteo (fenomenológico... no sé si el término es correcto) porque no tendríamos medios de comprobación, ni evidencias verificables para tal propósito.
¿A qué apelar? Pienso y estás en todo el derecho de considerarlo un argumento muy, muy endeble; que la poesía es análoga, simbionte incluso, con la entidad con quien convive. El ser humano.
No quiero parecer extremadamente racionalista; pero no puedo dejar de pensar y te lo comparto, como si fuera una confesión, que hay una causa subyacente, más no definitiva, a los problemas que planteamos y es que además de no contar con un lenguaje que nos permita explicar la poesía, carecemos también de la capacidad para desarrollarlo. Es algo que la evolución quiso dejar así, en este momento de la historia del hombre, para que nadie tenga todas las llaves y tampoco cerremos todas las puertas.
Cuando mis hermanos biólogos me muestran disecciones del cerebro y me muestran los módulos o grupos de neuronas que son responsables de determinados sentimientos; pero que su acción depende de causas aún desconocidas, no puedo evitar recordar a mis otros hermanos, los poetas, que siguen convencidos de que el hombre es su propia obra inacabada.
Amigo... hasta aquí me da el intelecto por ahora. Espero tus comentarios para ver si me nacen más preguntas. Abrazos.