Desde hace más de dos meses, tuve que interrumpir una cadena de comentarios e ideas que había venido intercambiando con el buen amigo Pablo Chavarría sobre la poesía. Dos razones fueron las responsables de dicha interrupción: la primera de ellas, un viaje que por más de un mes me hizo ausentar de la casa, teniendo el inconveniente de que a donde me había ido, contaba sólo con una laptop sin teclado en Español, lo cual me impedía expresarme con fluidez en nuestra lengua Castellana, y obligándome, en consecuencia, a desistir de escribir mi tercer comentario sobre este interesante tema. La segunda causa fue que una vez de regreso, comencé a sentir ciertos inconvenientes de salud los cuales tuve que atender para evitar que se me complicaran. No obstante, aquí estoy de nuevo y presto a colocar lo que considero podría ser mi último comentario sobre dicho tópico, todo lo visto que hasta donde sé, creo haber tocado los puntos básicos sobre mi oponión al respecto. No dudo, sin embargo, que en el futuro pueda volver a intervenir, puesto que como ya lo he dicho en ocasiones anteriores, estos temas son apasionantes e inagotables y que nadie jamás podrá darse el lujo de decir que tiene la última palabra al respecto. Tal es mi caso...
Pues bien, amigo Pablo, antes de proceder a responderle, es necesario que le haga la siguiente aclaración: en ningún momento ha sido objetivo mío el definir la poesía, ni en lo exacto ni en lo parecido. La que dí en alguno de mis anteriores comentarios, es aquella que convencionalmente es aceptada por todo mundo y que, incluso, aparece en los diccionarios de la Real Academia de la lengua Española. Ahora bien, como puede verse, la poesía sí tiene una definición, porque después todo, algún concepto, aunque sea primitivo, tenemos que utilizar como punto de partida para hablar sobre algo, y la poesía se supone que no escapa a este mismo precepto. Pero en honor a la verdad y con el debido respeto, le digo que para mí, buscar tal definición carece de importancia, al menos por ahora; además, tampoco considero importante determinar cuándo alguien (sea poeta o no) se está expresando con un lenguaje poético y estoy muy seguro(¡Segurísimo!) que el mejor ejemplo que le puedo poner es precisamente aquella vieja conversación que tuve hace ya unos treinta años, con mi querido amigo, el poeta Juan Manuel Sepúlveda, en al ciudad de Santo Domingo. Ahora bien, imagínese que usted o alguien se dedicara a investigar si tuvo o no razón con semejante aserto; es decir, intentar determinar si un simple punto trazado en medio de una hoja es o no poesía...¿tendría algún sentido?...bueno, quizás; pero tendríamos que replantearnos el concepto de arte, puesto que este no se sujeta a las leyes, la lógica ni a las normas de las ciencias. El arte es libre, imaginativo y espontáneo; con él podemos imaginarnos la realidad como nos plazca, o al menos, como quisiéramos que esta fuera. En cambio, las ciencias son diametralmente diferentes, puesto que estas son muy rigurosas, todo lo visto que a través de ellas se intenta describir la naturaleza como se supone que es. Aquí nunca habrá lugar para la inspiración ni las suposiciones sin fundamentos...
Usted me replica: "No lo acuso de nada; pero ud. afirma que el poeta busca expresar su interioridad. ¿Es verdaderamente éste el objetivo? ¿Es tajante la definición? ¿A quienes se deja fuera".
Mi respuesta es que esa afirmación mía no fue jamás una definición de poesía ni tampoco el objetivo supremo de aquellos que se dicen poetas; en lo absoluto. Pero sí creo que muchas veces los poetas y cualquier otro artista, buscan expresar si no toda, gran parte de lo que ellos sienten, no sólo relacionado con su yo interno, sino con cualquier otro fenómeno externo.
Por otro lado, usted también agrega: "El poeta no puede hablar exclusivamente sobre sus sensaciones, porque mucho de lo que acontece en el exterior lo "impulsa" o motiva a escribir. En todo caso, si el poeta hablara solo de cuestiones interiores. ¿A quién o a quienes nos interesaría leerlo? ¿Por qué debería leer y preocuparme por lo que ocurre al interior de ésta persona? Quienes no tienen "facilidad de palabra" ¿Están impedidos de la poesía y vedados de ella para siempre, pues no pueden expresar lo que está en su interior?"
Le respondo: En ningún momento he afirmado que un artista (sea o no poeta) sólo habla de sus sensaciones e interioridades. Lo que sí he dicho es que en muchas ocasiones ellos reflejan la realidad desde su propio punto de vista, y así lo ratifico. Muchas veces, las personas sí nos interesamos por las interioridades de otros; todo dependerá de qué tipo sean dichas interioridades, porque, entre otras cosas, a mis años he aprendido que es mucho lo que podemos aprender de los demás, por las experiencias que estos han adquirido a lo largo y ancho de sus vidas...Pero además, si acepto su planteamiento, entonces también cabría que nos preguntáramos, ¿para qué leer las biografías de Galileo Galilei, Isaac Newton, Einstein, Simón Bolívar, Rubén Darío, Roque Daltón, Benito Juárez, o la de Rigoberta Menchú?...¿Para qué me interesarían las interioridad de todos estos ilustres personajes de la historia? ¿Qué ganaría con leerlas? Pienso que mucho; pero además, ¿cree usted que cuando Pablo Picasso pintaba uno de sus famosos cuadros surrealistas, él reflejaba lo que tal o cual persona pensaba sobre la pintura o cualquier otro problema existencial? ¿Acaso esas obras suyas no era el eco de su interioridad; es decir, el cómo él veía la naturaleza misma con todo lo que ella contenía en general?...
Pero por si fuera poco, permítame ir más lejos en el tiempo. Hace varios siglos, cuando al pintor y escultor renacentista italiano, Miguelángel Buonarotti, el papa le pide que realice una pintura para adornar la cúpula de la Basílica de San Pedro, el artista decide dibujar lo que se conoce como "El Juicio Final", en el cual aparecen ángeles y personas que transitan, algunos hacia el cielo, otras a los infiernos, etc. Ahora yo le pregunto a usted, amigo Pablo: ¿quién le dijo a Miguelángel que el juicio final en verdad debía ser de esta manera? ¿Quién le dijo que esos seres debían tener exactamente este aspecto? ¿No fue acaso esta obra el producto de la imaginación del artista? ¿Y no es precisamente esta una de las obras más encumbrada del arte universal, y sobre todo, del llamado Renacimiento Florentino? Más todavía: como usted sabe, en la famosa obra "La Divina Comedia", el poeta italiano, Dante Aligieri, también hace una descripción de los infiernos y el viaje que realiza a este lugar, el poeta Virgilio. Le pregunto: ¿quién le dijo a Dante lo que sucedería si Virgilio descendía al Hades?...¿No fue también esto el producto de su dilatada imaginación?..¿Y cuántos hombres de ciencias y arte no se han ocupado de leer esta obra a lo largo y ancho de siglos?...
¿Y qué podríamos decir de Miguel de Cervantes Saavedra, el autor de Don Quijote? ¿Qué se propuso Cervantes al escribir esta maravillosa obra literaria? ¿No fué la de ridiculizar las novelas de caballerías de la época? ¿Y quién le dijo a Cervantes que las novelas de caballerías eran ridículas? ¿Acaso no fue él quien así lo intuyó? Luego entonces, para este autor español, como creía que no valía la pena escribir ni leer semejante literatura, decide escribir este extenso relato, una verdadera sátira, cuyo protagonista no es más que un orate hidalgo, quien cabalgaba sobre el lomo de un famélico caballo y para colmos de la ridiculez, lo hace acompañar de un rústico, ignaro y hambriento labriego como su escudero personal. Sin embargo, Cervantes quizás jamás imaginó que su obra sería una de las más grandes de toda la literatura universal...y todo sólo por una idea muy "interior" que tuvo él hace ya varios siglos. ¿No es Don Quijote la novela más leída de todos los tiempos? ¿Y quien la lee, acaso no estaría disfrutando de la "íntima" manera de pensar de su autor?... Luego entonces, si acepto lo que más arriba usted me dice, que a madie le interesaría leer lo que interiormente piensa un poeta o escritor, entonces a Don Quijote y La Divina Comedia, por poner dos buenos ejemplos, nadie las habría leído hasta ahora, puesto que ambas son el producto de la imaginación de sus creadores; valga decir, de lo que ambos pensaban interiormente...
Usted me observa: "Quienes no tienen "facilidad de palabra" ¿Están impedidos de la poesía y vedados de ella para siempre, pues no pueden expresar lo que está en su interior?"
Le respondo: Pienso que con este comentario, a usted se le cayó accidentalmente una pera en el cesto de las manzanas; pero no obstante, le contesto que siempre habrá alternativas para que alguien se exprese de la mejor manera posible. Incluso, si nos vamos al plano bíblico, cuando Dios le encomienda a Moisés que se dirigiera a hablar con el faraón de Egipto, para que dejara en libertad al pueblo de Israel, que tenía varios siglos de cautivo en esa tierra africana, este le responde a Dios que él no tenía don ni facilidad de palabras; que era muy torpe para hablar. Sin embargo, El Señor le responde "Que entonces buscara la ayuda de su hermano Aarón", quien sí tenía buen verbo para tal fin. Pero hay más, siempre habrá obstáculos que no podremos vencer, al menos fácilmente; por ejemplo: imaginemos una persona ciega. ¿A caso no tiene esta persona derecho a ver lo hermoso que es el mar, o un cielo estrellado, o la belleza de alguna obra de arte?...Mi respuesta a estas cuestiones es que sí tiene derecho a disfrutar de ellas, ¿pero cómo le hará para "verlas"?...Es evidente que con sus ojos nunca podría...Otro ejemplo que le puedo colocar es el de una persona que tenga amputadas ambas piernas. ¿No tiene derecho esta persona a caminar?...por supuesto que sí; ¿pero cómo lo haría sin piernas?...Tendría que valerse de algún otro medio para hacerlo...y así sucesivamente...
Finalmente, buen amigo Pablo, concluiré esta larga exposición recomendándole otra vez, que para apreciar bien el arte, a veces es necesario despojarse de la condición de científico. Vuelvo a insistir que en esta importante actividad humana, la lógica y los preceptos típicos de las ciencias no son indispensables, aunque no le voy a negar que sí grandes aliados. Por otro lado, la poesía, la pintura, la escultura, la música y cualquier otra forma de arte habida y por haber, no necesariamente tienen que expresar algún tipo de verdad, puesto que tal y como he dicho (y no es que sea una idea únicamente mía), las verdades absolutas no existen, y mucho menos cuando se trata del arte. Luego entonces, plantearnos la cuestión de si la poesía expresa alguna verdad, sería algo fútil y, sobre todo, limitativo; cosa que no nos conduciría a ninguna parte. Sin embargo, como siempre pongo en práctica el dicho de que "No existen verdades absolutas" (o al menos, muy pocas...), dejo abierta la posibilidad de estar equivocado. Tocará, pues, a cualquier otro compañero (o quizás usted mismo), demostrar que estoy en un error...cosa que hasta ahora, creo que no ha sido conseguido...
Un placer y aprecios.
Un servidor, Alexis.