Distinguido amigo Pablo, de todas las respuestas que usted me ha dado sobre este tema de la poesía, esta última ha sido la que más me ha sorprendido. Al leerla, he advertido (o al menos, eso creo) que ha caído ud. en una trampa de la cual no encuentra cómo salir. Su respuesta contiene, según conté, doce párrafos. En los primeros seis, usted intenta refutar mi tesis; sin embargo, sin darse cuenta, lo que hace es darme la razón, y lo invito para que vuelva a leer todas mis respuestas anteriores, para que compruebe que sino toda, gran parte de lo que ahora afirma, yo ya lo había enunciado con claridad y precisión meridiana.
Pero la situación con su respuesta comienza a complicarse a partir del sexto párrafo, cuando intenta explicar porqué usted afirma estar de acuerdo con el compañero "No sé quién", pues advierto que en estos últimos seis párrafos que completan su comentario, hay una gran digresión sobre el tema; incluso, hasta me atribuye juicios que nunca han pasado por mi mente, como por ejemplo, eso de que yo pienso que "la idea prevalece sobre la materia" (¡¿?!). Tal afirmación jamás podría deducirse de los comentarios que hasta ahora he escrito sobre este tema. Sé muy bien que esta es la postura fundamental de los filósofos idealistas y le repito que nunca he hecho tal planteamiento...
Usted me habla sobre la naturaleza de la verdad. Afirma que: "Los libros no la contienen, las palabras, no la contienen, incluso las personas no la tienen. Pues, según lo entiendo, la Verdad que buscan los filósofos es la suma de las subjetividades que conforman al hombre, al mundo y al todo. Por esta razón, ningún ser humano es capaz de expresarla completa. Solamente expresamos partes de ella o algunos hechos que la conforman". (Fin de la cita). Sin embargo, se atreve a decir que el buen amigo "No sé quién", se aproxima mucho a la verdad al decir que la poesía es un medio para llegar a ella (palabras más, palabras menos), y que usted está de acuerdo con ese planteamiento. ¿No cree usted que aquí hay una contradicción, amigo Pablo? ¿Si las ciencias no tienen la verdad, cómo es posible que la poesía sí la tenga de manera muy aproximada? ¿Es esto lógico? ¿Tienen sentido?...
Usted me dice: "Cuando Ud. habla de las ciencias, debe tomar en consideración que éstas tienen siempre un carácter positivo. Su objeto es y ha sido desde siempre, describir hechos aislados y no la Verdad completa. Los hechos que describen son aquellos que pueden ser observados, medidos y comprendidos.
Le corrijo: el objetivo de las ciencias sí es el de tratar de establecer los hechos de los fenómenos que estudia, de la manera más exacta posible. Ahora bien, que por obvias razones no siempre se podrá, es otra cosa; es decir: una cosa es "querer" y otra es "poder"...Si por ejemplo, a usted se le encomendara la misión de investigar algún hecho, estoy seguro (¡segurísimo!) que intentará llegar a la verdad del caso de la manera más exacta que le sea posible. Sin embargo, es muy probable que ello no le sea factible; pero si ello no le es posible, no es porque usted no quiera que así sea, ni porque no se lo proponga; sino porque las circunstancias se lo impedirían. Esta es, pues, la misma suerte que corren todas las ciencias; limitaciones circunstanciales que impiden que el hombre, en un momento dado, pueda encontrar alguna verdad, por muy relativa que esta pudiera ser. Es por ello que siempre he dicho, y no me cansaré de afirmar, que la diferencia fundamental entre arte y ciencia es que mientras las ciencias tratan de establecer "verdades" sobre la naturaleza de las cosas, el arte nos permite "jugar" con esas "verdades" a nuestro antojo, porque al artista no siempre tiene que "importarle" cómo son en verdad las cosas; además, si no fuera así, entonces el llamado arte surrealista no habría existido jamás. Ya lo he dicho: "El arte es libre de lógica y preceptos científicos, en la mayoría de los casos". Hasta donde sé, sólo la música podría considerarse un arte-ciencia.
También me agrega: "La matemática, mi estimado, no es verdad. Si Ud. relee el Hombre que Calculaba, verá más o menos cómo fue desarrollándose esta ciencia a partir de la observación del mundo, hasta abstraer, clasificar, ordenar y reproducir los hechos aislados en reglas más o menos generales que los explican con cierto grado de precisión".
En primer lugar le diré que mucho antes de haber leído este libro, ya sabía gran parte del camino evolutivo de esta ciencia. Pero hay algo igualmente importante que también deseo agregarle: la matemática podrá no ser verdad, como usted me dice; sin embargo, si yo le dijera que me completara la siguiente igualdad: 2+3=?, ¿qué respuesta me daría usted? ¿Con qué valor me reemplazaría el signo de interrogación de la proposición? Es obvio que con el número 5, ¿cierto?...¿Y porqué usted colocaría 5? la respuesta es porque, hasta ahora, esta es la respuesta que los matemáticos aceptan como verdad. Es decir, por ahora, 2+3=5 es una verdad matemática aceptable. Con este comentario puedo justificarle cuando en mi respuesta anterior le coloqué a manera de ejemplo, la igualdad 2 + 3 = 7, diciéndole que era falsa, porque para los matemáticos, esto no es convencionalmente cierto.
En este mismo orden de ideas, usted me agrega: "La matemática es un sistema arbitrario. Sí, leyó bien, arbitrario. Inventado y desarrollado por el hombre, desde los simples números hasta los métodos más complejos. Pero jamás describen la Verdad filosófica, sino elementos que forman parte de la Verdad pero que no son la Verdad".
Le respondo: ¡Por supuesto que es arbitraria, y vaya que sí lo es! y estoy seguro que con las igualdades más arriba descritas, le demuestro que conozco este hecho...desde hace casi cuarenta años...Además, podrá ser arbitraria, ¡pero cómo funciona de maravilla!...
Tal y como le digo más arriba, considero que los últimos seis párrafos de su comentario son una digresión sobre este tema. ¡Nada que ver! Cuando los leí, me dispuse a meditar un largo rato sobre los mismos y llegué a la conclusión de que o usted trata con tanta profundidad este tema, tal que mi bajo nivel de escolaridad no me permite entenderlo, o los mismos son seis peras que accidentalmente se les cayeron en el cesto de las manzanas. No es que quiera hablar bien de mí, pues siempre he sido lo suficientemente honesto a la hora de reconocer mi estrechez cultural y usted lo sabe muy bien; pero sospecho que en este caso, sucedió lo segundo.Y le agrego: existen quizás tres formas de ver la naturaleza: una de ellas es a través de las ciencias, otra lo sería por medio de la religión y, finalmente, el arte. Entre las tres, la que más libertad posee es precisamente el arte, porque este nunca se sujeta a los preceptos de las dos primeras. En el arte no pueden entrar con tanta libertad ni los postulados y teoremas científicos, ni mucho menos el dogma fundamental de la religión: La fe...El arte se burla de las ciencias y las religiones; esto es algo que a usted le caería bien comprender...
Finalmente, buen amigo Pablo, concluiré repitiéndole lo mismo de siempre: La poesía es un arte, ¡muy bello, por cierto!, pero no creo que esta nos acerque ni nos aleje de ninguna verdad. Por otro lado, las palabras son instrumentos inventados por el hombre para expresar lo que piensa, siente, y quiere. Su valor de verdad no es intrínseco a ellas, sino que depende de la voluntad del hombre, que es quien la utiliza para determinados fines. Además, no importa que utilicemos recursos lingüísticos como las jitanjáforas, cacofonías, eufonías, las metáforas y otros recursos similares; esto sólo podría agregarle belleza o fealdad a lo que expresemos, pero nunca, ¡jamás!, le añadirán ni le quitarán verdad alguna a las palabras...Si pensar así es ser idealista (que lo dudo mucho), entonces me declaro como tal...
Abrazos cordiales, amigo.
Nota:
Una "verdad" se convierte en mentira, cuando alguien tiene tal certeza y procede a demostrala. De ejemplos como estos están llenas las páginas de la historia.