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Tema: El 12 de Octubre Americano

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    Alexis Visitante

    Predeterminado El 12 de Octubre Americano

    El 12 de Octubre Americano

    Balada de los dos abuelos - Poesía de Nicolás Guillén


    Sombras que sólo yo veo,
    me escoltan mis dos abuelos.

    Lanza con punta de hueso,
    tambor de cuero y madera:
    mi abuelo negro.

    Gorguera en el cuello ancho,
    gris armadura guerrera:
    mi abuelo blanco.

    Pie desnudo, torso pétreo
    los de mi negro;
    pupilas de vidrio antártico
    las de mi blanco!

    Africa de selvas húmedas
    y de gordos gongos sordos...
    --¡Me muero!
    (Dice mi abuelo negro.)

    Aguaprieta de caimanes,
    verdes mañanas de cocos...
    --¡Me canso!
    (Dice mi abuelo blanco.)

    Oh velas de amargo viento,
    galeón ardiendo en oro...
    --¡Me muero!
    (Dice mi abuelo negro.)

    ¡Oh costas de cuello virgen
    engañadas de abalorios...!
    --¡Me canso!
    (Dice mi abuelo blanco.)

    ¡Oh puro sol repujado,
    preso en el aro del trópico;
    oh luna redonda y limpia
    sobre el sueño de los monos!

    ¡Qué de barcos, qué de barcos!
    ¡Qué de negros, qué de negros!
    ¡Qué largo fulgor de cañas!
    ¡Qué látigo el del negrero!
    Piedra de llanto y de sangre,
    venas y ojos entreabiertos,
    y madrugadas vacías,
    y atardeceres de ingenio,
    y una gran voz, fuerte voz,
    despedazando el silencio.
    ¡Qué de barcos, qué de barcos,
    qué de negros!

    Sombras que sólo yo veo,
    me escoltan mis dos abuelos.

    Don Federico me grita
    y Taita Facundo calla;
    los dos en la noche sueñan
    y andan, andan.
    Yo los junto.

    --¡Federico!
    ¡Facundo! Los dos se abrazan.
    Los dos suspiran. Los dos
    las fuertes cabezas alzan;
    los dos del mismo tamaño,
    bajo las estrellas altas;
    los dos del mismo tamaño,
    ansia negra y ansia blanca,
    los dos del mismo tamaño,
    gritan, sueñan, lloran, cantan.
    Sueñan, lloran, cantan.
    Lloran, cantan.
    ¡Cantan!

    Nicolás Guillén



    Este próximo 12 de Octubre se conmemora en nuestro continente el llamado "Día de la raza", efeméride instituída por España y la mayoría de los países de hispanoamérica, para celebrar la llegada al llamado Nuevo Mundo, de la expedición comandada por el navegante genovés, Cristóbal Colón, en 1492. Es poco lo que habría que agregar sobre la referida fecha, puesto que desde niños, a todos se nos "enseñaba" en la escuela (...) lo que para nosotros había significado este acontecimiento histórico. Por supuesto, que explicaciones sobre este hecho hay para todos los gustos; las teorías son múltiples y más aún todavía las conjeturas en torno a los antecedentes, así como también las consecuencias que se derivaron de tal arribo.


    Algunos pensadores de diferentes nacionalidades han hablado de los "beneficios" que se produjeron con el encuentro de ambos mundos; beneficios que van desde "mejorar nuestra raza" (¡¿?!), culturización y, desde luego, la evangelización. A un destacado y excelente periodista uruguayo-venezolano de nombre Walter Martínez, le he escuchado decir en reiteradas ocasiones, "Que la historia la escriben los vencedores"; no sé si esta frase será suya, pero sí es muy oportuna. No dudo, por tanto, que detrás y delante del descubrimiento de nuestro continente, se escondan muchas verdades que hoy podrían ser ignoradas; mientras que otras hayan sido distorsionadas por intereses...quién sabe de qué clase. Sin embargo, lo cierto es que de aquel magno evento, son muchas las páginas que han llenado nuestra historia, esa misma que de alguna forma u otra mantiene hermanados a un conjunto de países integrantes de lo que hoy conocemos con el nombre de América.


    Como se sabe, cuando se produce la llegada de Cristóbal Colón y su hueste de marinos aventureros, nuestro continente estaba poblado por una raza de hombres que poseían diferentes niveles de desarrollo cultaral y político. Entre los más destacados podría decirse que estaban Los Incas de la parte sur del continente, y Los Mayas y Aztecas del norte y Centroamérica. Según datos históricos, estos pueblos habían alcanzado notables progresos en el campo de la construcción, agricultura, matemáticas y astronomía. No así, en cambio, otros pueblos aborígenes, como por ejemplo: los que habitaron la llamada zona del caribe, poblada por Los caribes y otras etnias: Taínos, Arahuacos, Siboneyes, ect.; los cuales nunca alcanzaron tal nivel de desarrollo.


    Por otro lado, el choque entre culturas de diferentes niveles de desarrollo se caracteriza, entre otras cosas, porque la más avanzada obviamente termina por imponerse sobre la menos desarrollada; en nuestro caso, no hubo excepción, pues España con su poderío militar logró erguirse sobre la población aborigen, muy a pesar de su inferioridad en número. Otro aspecto que rápidamente atacaron, como imperio al fin, fue la de imponer su religión, pues para los europeos de aquel entonces, esta era otra de las características que mantenían muy distantes a personas como nuestros pobladores nativos, y gentes "civilizadas" como ellos (...). De inmediato desataron guerras entre dioses, cuyo resultado tampoco es desconocido hoy...


    Pero hay más. Con esta conquista llevada a cabo a sangre y fuego contra los pobladores originarios de América, se implantó otro estereotipo sobre quienes junto a los conquistadores estarían llamados a formar parte de nuestros ancestros: la idea de una raza superior, la cual, para nuestra vergüenza, aún tiene mucho peso en el comportamiento de personas nativas de todo el Continente Americano; siendo precisamente este aspecto el que quiero tocar con mayor profundidad en este artículo. Entonces, ¿qué son las razas humanas? ¿Existen razas más avanzadas que otras? ¿Es un hombre blanco superior a un negro, un mulato, un indio, etc.? ¿Debe medirse la calidad de un ser humano por su aspecto físico? ¿Qué trascendencia, implicaciones y consecuencias tuvo aquel 12 de Octubre de 1492 para nuestro continente? Pero también quiero analizar otro asunto que para mí reviste gran importancia, por la gran controversia y confusión que genera entre nosotros: ¿qué significa ser americano?


    No cabe duda que uno de los imperios más grandes y poderosos que ha conocido la humanidad, fue El Sacro Imperio Romano. Su grandeza fue de tal magnitud, que tuvo que dividirse en dos partes: Imperio Romano de Oriente e Imperio Romano de Occidente; aunque aquí habría que admitir, que dicha división se produce a raíz de insalvables conflictos internos, cosa por lo demás muy común en un imperio que había crecido en tal proporción. Pero como todos los imperios, imponía sus leyes a quienes lograban someter; sin embargo, eran más laxos para con sus constumbres, ya que asimilaron parte de la de los pueblos que estaban bajo su yugo, y quizás esto explica por qué durante su predominio hubo facilidad para el nacimiento de las llamadas "Lenguas Romances" (aquellas que se derivaron de la que hablaban los romanos), entre ellas, por supuesto, nuestra lengua Castellana. En cuanto a la religión, como sabemos, los romanos fueron politeístas, puesto que adoraban varios dioses; incluso, hasta asimilaron las deidades helénicas, aquellas que formaron parte del folclore mitológico de la antigua civilización griega. Sólo que le cambiaron sus nombres; sino a todos, a una gran parte de ellos. Pero cuando se inicia la conquista del Nuevo Mundo por parte de España, el proceder de este imperio fue, en algunos aspectos, muy diferente para con sus habitantes originarios; pues no sólo les impusieron sus leyes, sino que de forma violenta los obligaron adoptar su religión, amén de la condición de servidumbre a la que fueron expuestos. Pero además, todos ellos fueron paulatinamente exterminados por guerras injustas y desiguales, trabajos forzosos, así como también por las enfermedades traídas por los conquistadores, y contra las cuales no tenían ningún tipo de inmunidad. Y ni hablar del saqueo y la depredación de las riquezas naturales a las que fue sometida esta tierra.


    El tema de las razas siempre ha sido muy controversial y, por lo tanto, siempre ha despertado innumerables polémicas. Muchos están de acuerdo en decir que es incorrecto etiquetar al hombre dentro de un determinado grupo específico, atendiendo a tal o cual característica física. En esto estoy completamente de acuerdo; sin embargo, no debemos soslayar el hecho de que en verdad, lo mismo que ocurre con los animales, entre los seres humanos también existen características físicas que sí nos hacen algo diferentes los unos de los otros. Pero que dichas diferencias nunca deben ser esgrimidas para discriminar a nadie, ya que ello no tiene sentido, puesto que todos los seres humanos somos personas dignas y merecedoras de respeto, porque la dignidad del hombre nunca debe medirse por su apariencia física, sino por su comportamiento o proceder. Por lo tanto, tan valioso es un hombre blanco (europeo o latinoamericano), como lo es el de piel oscura, sea éste mulato o perteneciente a cualquiera de las etnias indígenas que pueblan nuestro Continente Americano, Asia, África u Oceanía. No obstante, es una lástima ver cómo el racismo es practicado puertas adentro por nosotros mismos, en forma endógena; es decir, ya no es sólo el blanco europeo, entre otros, quien nos discrimina por nuestro fenotipo, sino que lo hacemos nosotros, contra nuestra propia gente, en un extraño arrebato de ignorancia. ¿No es esto una verdadera vergüenza?...


    Un hombre será valioso por su manera de pensar, por su espíritu democrático, por el nivel cultural alcanzado por este, por su capacidad para ser tolerante y repetuoso con las ideas de los demás. El hombre valioso siempre será abierto a todas las corrientes del pensamiento humano, independientemente que no las comparta, pues ello es natural que así sea. No olvidemos que nadie, absolutamente nadie, posee el monopolio de la verdad; sino que lo que nosotros manejamos son meras aproximaciones a ciertas verdades y nada más. Ya lo he dicho en más de uno de los temas que he posteado en este y otros foros, y no es que sea una idea exclusiva ni originalmente mía; sino que esta ha sido esgrimida por grandes pensadores, filósofos, humanistas de ideas avanzadas, por conspicuos luchadores sociales, así como también por defensores de derechos humanos.


    En Venezuela, desde hace poco tiempo y de manera oficial, se ha instituído el 12 de Octubre como "Día de la resistencia indígena", nominación con la cual estoy completamente de acuerdo y me identifico; ¿porqué razón?, pues porque esta frase refleja a grandes rasgos gran parte de lo que significó aquel acontecimiento histórico para nuestro continente. Pero por supuesto, que ciertos intelectuales de pensamiento eurocentrista, esos mismos que nos miran con crudo y prístino desdén, opinan lo contrario y así mismo lo han manifestado. Muchos de ellos, nativos de diferentes países del área, hasta han llegado a expresar sin inmutarse, que aquel genocidio perpetrado contra nuestra población aborigen, queda opacado con los grandes logros que el hombre americano ha alcanzado a la fecha. Cualquiera diría que para estos señores, las acciones de Nicolás de Ovando, Diego Velázquez, Carlos Pizarro, Ponce de León, entre otros, podrían ser dignas de una narración épica, similar a la Ilíada de Homero; pero escrita con letras de oro, por supuesto, y adornada con los más exquisitos versos que la mente humana haya sido capaz de crear. Todo ello, desde luego, para resaltar la hazaña, epopeya y grandeza del blanco conquistador, pero jamás para reseñar la valentía e inmolación de hombres y mujeres de esta tierra; tales como: Enriquillo (Guarocuya), Anacaona, Caonabo, Tamayo, Cotubanamá, Hatuey, Guaicaipuro, Tiuna, entre otros...


    Pero a todas estas, ¿quiénes somos hoy día? ¿Qué significa ser americano? Ya he dicho que entre las grandes fallas que tiene el sistema educativo en América Latina, es precisamente la falta de identidad con la que por lo regular se nos pretende "educar". Nos hacemos adultos desconociendo nuestras raíces históricas, pero exaltando al blanco conquistador, mientras despreciamos y minimizamos al aborigen y al negro; este último, por cierto, que aunque traído después, con el peso de su esclavitud también ha contribuido étnica y culturalmente a forjarnos como americanos. Nosotros somos una mezcla de tres razas: blanca, india (aborigen americano) y negra. Cada una de ellas ha plasmado física, cultural y emocionalmente lo que somos hoy; esto se evidencia en nuestros aspectos físicos, así como también en nuestro folclore. No podemos decir que por tal razón somos superiores a otros grupos humanos, por supuesto que no; pero mucho menos creernos inferiores. Luego entonces, somos americanos porque pertenecemos a este continente, desde México, pasando por Canadá y Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe insular, hasta la Patagonia; sin ninguna exclusión. Somos, en consecuencia, el resultado de la fusión de las tres razan más arriba citadas; la cual, dicen no pocos, hasta nos ha dado singular belleza física. Aunque esto último, por supuesto, carece de mayor importancia...Por tanto, el gentilicio en cuestión no le pertenece única y exclusivamente a los ciudadanos de Los Estados Unidos de América, como ellos se empeñan en hacernos creer, y que nuestro mediocre sistema educativo se encarga de secundar. Es como si les dijéramos a ciudadanos italianos, franceses, españoles, portugueses, griegos, etc., que ellos no son europeos, pero que los ingleses sí lo son. Pues es exactamente lo que ha venido ocurriendo en este hemisferio, en donde una poderosa nación se ha adueñado del gentilicio continental; sólo ellos se creen "americanos"...


    En este mismo contexto, el cine y la televisión también han jugado un negativo papel respecto de nuestra propia identidad, así como también con el modo de cómo nos vemos a nosotros mismos. Como se sabe, en todas esas grandes películas y series de televisión que hemos venido viendo desde que éramos niños, por lo regular, "los buenos" siempre se enmarcan en el mismo fenotipo racial: son blancos y, en muchos casos, rubios o de pelo castaño; mientras que muchos de "los malos" y "los terroritas" son de piel oscura o procedentes de algún país de América latina, Asia o África. Pero por supuesto que no siempre es así; pues existen excepciones. Sin embargo, sería muy difícil ver algún súper héroe de piel oscura protagonizando alguna película; a no ser que sea en alguna obra cómica, y aún aquí también existe bastante exclusión. Por consiguiente, tal y como lo digo más arriba, nuestras escuelas tienen otra gran deuda para con nosotros, y sería adecuado utilizar un término empleado por el escritor venezolano, Don Arturo Uslar Pietri, cuando hablaba de "La antiescuela", aquella que se encarga de enseñarnos falsos valores, en contraposición a los que se supone la escuela formal debería transmitirnos. Justo es decir también, que en esto juegan un papel de primer orden los diferentes medios de comunicaciones, en donde manipulan nuestra voluntad para hacernos creer que para ser "mejores", debemos parecernos a tal o cual artista famoso, o que debemos vestirnos de tal o cual modo...todo esto, por supuesto, con el supremo objetivo de incrementar las ganancias de las empresas involucrada en dichas propagandas...


    Por tanto, los hombres y mujeres de América Latina, quienes también somos tan americanos como los que más (...), debemos entender que como aquellos que habitan y son oriundos de los demás continentes del mundo, somos personas valiosas y con mucho qué aportar a nuestros respectivos pueblos, sin importar el color de nuestra piel, o nuestra raza; eso es lo de menos. Pero eso sí, siempre deberemos tener presente que aparte de nuestro comportamiento ético, de nuestra conducta, de nuestra vocación de servicio, también nos dará mucho valor que en cada uno de nuestros países tengamos excelentes escuelas y universidades, que si queremos transformar nuestros respectivos países en naciones de primera, el paso inicial y perentorio a dar es el de poseer escuelas y universidades de primera. Ya lo dijeron dos de los americanos más universales de esta hermosa tierra: el maestro Simón Rodríguez y su mejor discípulo, El Libertador Simón Bolívar. El primero, a lo largo y ancho de toda su vida como eminente educador; el segundo, con su ejemplo de hombre revolucionario y visionario, parte de lo cual supo plasmar en aquella célebre e histórica carta de Jamaica de 1815.


    Para todos nosotros los americanos.

    Alexis.


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    Última edición por Alexis; 18 agosto 2012 a las 19:03

  2. Los siguientes 9 Usuarios agradecieron a Alexis este mensaje:

    Cantonuevo ( 5 octubre 2011), CapitanBlood (10 octubre 2011), darera ( 8 noviembre 2011), delforo (11 octubre 2011), FelixSanchez (12 octubre 2011), helike (20 octubre 2011), jmm00044 (11 octubre 2011), Jseditar ( 9 octubre 2011), Pablo Chavarría ( 6 octubre 2011)

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