Usted ha dado en el clavo, compañero chapín. Precisamente, en su planteamiento está parte del meollo del problema con los llamados derechos de autor, los cuales, a decir verdad, es justo reconocer que deben existir y respetarse. Pero la situación se complica cuando se observan las grandes distorsiones que las actividades económicas de los hombres y, particularmente de los dueños de las obras, crean, generalmente en destrimento de las mayorías; y he aquí donde se generan los conflictos. Veamos: en mi primera intervención en este hilo, hablé de la aparición de los llamados "piratas de la música", esos mismos que fueron capaces de reciclar todas aquellas viejas canciones que no sólo hicieron suspirar a nuestros padres en décadas pasadas, sino también a nosotros mismos, a pesar de la corta edad que para aquel entonces teníamos. Hará unos veinte años, ya las calles de este país estaban inundadas de buhoneros que ofrecían discos compactos, no sólo de excelente calidad auditiva, sino que hasta los tenían litografiados y con sus carátulas muy bien impresas a todo color. Luego, para alguien darse cuenta que era una copia pirata, era necesario examinar el disco por su parte leíble para percatarnos de que al ser este lado azul, negro o verde, ello era señal de su ilícito origen. Pero por otro lado, y aquí viene lo espectacular del asunto, los precios eran irrisorios, y fue por tal razón que rápidamente se formó en torno a la música, una gran industria ilegal que si bien era "pirata", no sólo fue capaz de poner en las manos de melómanos como yo aquellos tesoros musicales que hasta ese momento la industria "formal" se había negado, olvidado o desinteresado en producir; sino que por otro lado, se constituyó en una fuente de trabajo y sustento para cientos de miles de personas, entre ellos, desde luego, las grandes empresas fabricantes de discos vírgenes, quienes a la corta, y a la sombra de éste mercado cuasi clandestino, fueron quienes se llevaron la mayor tajada del negocio...y aún la historia sigue exactamente igual que hace poco más de dos décadas...
Ahora bien, más allá de la piratería y de las empresas legalmente constituídas, yo diría que esta actividad nos ha demostrado, entre otras cosas, que la industria musical formal sí podía subsistir con precios más bajos; pero que la eterna codicia de los grandes mercaderes (generalmente transnacionales) distorsionó el mercado de tal modo que sólo una gran minoría tenía acceso a sus productos y, por tal razón, lo elevado de sus precios.
Pero además, justo es tener en cuenta que en toda actividad económica exiten muchos gastos, los cuales deben ser cubiertos con el producto de las ventas de dicha actividad; esto es, por decirlo de alguna manera, una verdad de perogrullo, algo que nadie ignora. Entonces, no es lo mismo tener que pagar la renta de un local, electricidad, agua, servicio telefónico, empleados, insumos e impuestos estatales de varios tipos, y encima de ello generar las ganancias para el o los propietarios de dicha empresa, a no tener exactamente la mayoría de gastos más arriba descritos. Sin embargo, estoy seguro que con reglas de juego más claras y justas en cualquier actividad económica, es muy posible reducir las clásicas distorsiones que los mismos empresarios producen, en su afán de lucrarse obteniendo cada día mayores beneficios, pero invirtiendo la menor cantidad de recursos posibles; incluso, explotando a sus subalternos...
Pero aún hay más: quizás alguien pudiera preguntarse, ¿y qué sucede con los gobiernos? ¿Por qué estos no actúan de manera más enérgica para combatir la piratería, sobre todo en los países subdesarrollados? Pues aquí está la otra cara de la moneda, porque la lenidad que se observa en el combate a las actividades comerciales piratas, obedecen a una estrategia política que muchos gobiernos de países subdesarrollados han tenido que "soportar", porque si bien es verdad que esta no contribuye de manera formal a enriquecer el erario público pagando impuestos, por ejemplo, en cambio, sí permite que millones de desempleados obtengan un modo de vida, combatiéndose de este modo los altos índices de desempleo que son muy característicos en nuestros pueblos. Es decir, la piratería podrá ser un negocio ilícito, pero a su vez es una fuente de empleo para millones de personas hambrientas y ociosas, y ningún gobierno querría enfrentar las consecuencias que una muchedumbre de desempleados ocasionaría; pues ello sería una peligrosa fuente de desestabilización política de consecuencias bien conocidas. Y repito, ningún gobierno querría tener que enfrentarla. Pero además, ¿por qué creen ustedes que muchos de nuestros gobernantes defienden los derechos de los nacionales que viven de manera ilegal en los grandes países desarrollados? ¿Acaso porque les duele la situación de su gente...? Quizás...pero lo cierto es que a cualquier estado le convendría más tener cientos de miles de sus ciudadanos viviendo ilegal en algún país desarrollado, que tenerlos ociosos en el suyo. Es una realidad muy difícl de ver y aceptar, pero realidad al fin, nos guste o no. Luego entonces, yo diría que con la piratería se presenta algo similar; es decir, que la misma podrá ser ilegal, pero tampoco es menos cierto que ella le genera ingresos a quienes la practican y así se evita que en dichos países se produzcan movimientos sociales desestabilizadores para dichos gobiernos...
Luego, como puede verse, amigo Pablo, tal y como usted mismo lo acaba de expresar, esta es una situación muy difícil de resolver. Se trata del derecho que tiene el hombre de procurarse su sustento para sobrevivir en un mundo cada vez más globalizado y en donde la competencia cada día es más estrecha y brutal. Nadie me puede decir a mí que me muera de hambre, o que salga a las calles desnudo y/o descalzo. De algo tengo que vivir. Pero el problema es que en esta situación están inmersos millones de seres humanos en varios continentes, y es muy incómodo observar cómo son precisamentes las personas potentadas, poderosas y privilegiadas, quienes nunca han pasado hambre ni desnudez, aquellos que poseen aviones y costosísimos yates de lujo, los cuales utilizan para vacacionar y darse la buena vida, quienes nos "invitan" (por no decir que nos ordenan) "a no consumir productos piratas", cuando a decir verdad, muchos de ellos eso es lo que en realidad son, unos piratas; ya que nos quitan el derecho que tenemos a disfrutar de la cultura, la educación y la salud. ¿Entonces, quiénes son los verdaderos piratas?...