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Tema: Georgia, aquí en mi mente.

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  1. #1
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    abril 2011
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    Predeterminado Re: Georgia, aqu? en mi mente.

    Bueno. Como hemos dicho nuestras conversaciones, no son para la polémica sino para el aprendizaje. Hay mucho en sus palabras, Alexis, que me hacen querer explicarle los conceptos los que utiliza equivocadamente; pero entro en dos situaciones: 1. Nos alejaríamos del tema original de la conversación y 2. Supondría para mí un esfuerzo que no estoy seguro de querer hacer. Su ironía, el uso exagerado de las comillas y la selección de ciertos adjetivos; me revelan su particular enojo. Como no conozco el proceso de su vida y no sé, qué le ha llevado a creer en tales determinaciones, prefiero dejar a un ese debate y me tomo el derecho de ampliar la explicación: Una de nuestras primeras interacciones se dió cuando quise corregirle en el uso del término microeconomía , con la intención sana de que Ud. pudiera mejorar lo que había escrito. Hoy en día leo en sus comentarios, que las cosas no cambiaron en nada desde entonces. No me apetecen los círculos viciosos: escribir para mí es algo tan serio, porque es un ejercicio que permite ampliar el alcance de lo que sabe y también de lo que se duda. En lo que ha escrito, comienza diciendo o hablando muy apateciblemente, acerca del aprendizaje y dos o tres párrafos abajo, cambió el rumbo hacia una escritura demasiado pasional y poco neutra. Quiere decir, que Ud. dejó de describir el fenómeno para participar en el fenómeno.

    Los conceptos de la libertad de empresas, no los explicaré; como ya dije, porque nos alejaríamos del tema original de discusión. Sin embargo, sí quiero ampliar algo en lo que estamos de acuerdo y es en las intervenciones de los poderes externos a los mercados y el efecto que tienen éstas, sobre el fenómeno del comercio.

    He insistido en que las industrias norteamericanas, no han evolucionado desde... me aventuro a decirlo, la Segunda Guerra Mundial. Las crisis que han enfrentado las diversas industrias han sido siempre muy similares y siempre o casi siempre, recurren a la misma estrategia de intervención estatal. Las empresas de este país son altamente competitivas cuando los círculos están a la alza. En tiempos de bonanza. Pero en períodos más dilatados no son iguales, las empresas pierden su competitividad cuando enfrentan tiempos difíciles y recurren al auxilio de leyes y programas gubernamentales que las ayuden a sobrevivir de sus calamidades. La habilidad de Henry Ford, por ejemplo, es algo que las empresas automotrices hubieran deseado hace unos años, cuando cayeron en crisis.

    El problema con los terceros invitados, los gobiernos, es que sus leyes tanto para el fomento de una industria, como aquellas que buscan protegerlas (como el copyright, SOPA, etc.) tienen siempre un efecto adverso sobre el mercado, porque lo limitan y restringen. El productor no siempre es beneficiado cuando las leyes de un país buscan favorecerlo. Porque cuando aparecen nuevas leyes de regulación, el mercado pierde el equilibrio alcanzado por la negociación del precio y busca acomodarse nuevamente, para llegar a un equilibrio nuevo. Pero este equilibrio "forzado" tiene una desventaja muy grande y que pone en riesgo a los productores, pues lo que hace es restarle competitividad (en todas las características, menos en el precio) y activar el otro poder que regula el mercado. El poder de los consumidores.

    Cuando las condiciones de un mercado en equilibrio cambian, la demanda cambia. Y lo que vemos hoy en día, a mi parecer, puede comprenderse como una nueva negociación del equilibrio, entorpecida por dos actores que no son ni los consumidores, ni los productores; me refiero claro a los intermediarios -disqueras, estudios, empresas de medios- y a los gobiernos que protegen más a esos intermediarios que a los dos extremos de la negociación. La guerra digital que se ha desatado, es el fracaso de las negociaciones formales; pero no el fin del mercado. Los consumidores quieren mover la balanza un poco a su favor, reduciendo el precio y mejorando la distribución del producto y los intermediarios luchan por no perder su parte en este mercado.

    El equilibrio llegará. No por sí mismo, como a veces se cree; sino cuando alguien, en un puesto clave del sistema, tome una decisión y las partes logren aceptar dicho resultado. El problema con la guerra en Internet, es el problema que hay en todas las guerras del hombre; se corre el riesgo de perder los círculos virtuosos que existían antes de la guerra y que, como resultados, se restrinjan las posibilidades que éstos ofrecían. Las guerras están potenciadas por el fenómeno de la propaganda y hoy en día, nosotros con nuestros debates digitales, formamos parte de ese fenómeno. Lo amplio del Internet, permite la aparición de miles de comentarios en una y otra dirección, discusiones, dialéctica, retórica y contra-retórica: algo que estadística se conoce como "ruido". Una guerra prolongada, puede derivar en la aparición de legislaciones improvisadas y absurdas que rompan el modelo de cooperación y diálogo que existe en Internet, de allí que defender su libertad sea prioritario; pero también conviene que la lucha por lograr ésto, se haga respetando todas las ideas y comentarios que surjan al respecto y manteniendo las bases pacíficas con que este milagro tecnológico fue concebido.

    Los escenarios para el Internet son siempre los mismos: puede ser una escalera que nos lleve a generar y proponer mejoras en nuestras sociedades o un caldo de cultivo para agitar viejos conflictos, desbordar pasiones y dividir a esa hermosa comunidad global que constituimos. Creo en la paz y la defiendo. Creo en ella y al hacerlo, me enaltece. Creo que todos los grupos humanos, comparten rasgos similares y que más allá de los conceptos y las formas, las personas pueden vivir en armonía si se promueven las virtudes y se respetan los principios de comprensión y tolerancia. Trabajar como alfarero, no evadiendo los conflictos sino estudiándolos, hablando, convenciendo. Escuchando. Moldeando con mis manos de perpetuo niño, un ramo de mariposas para echarlo a volar al Universo.

    Saludos y abrazos.
    http://pix.am/ouOz.jpg

  2. Los siguientes 2 Usuarios agradecieron a Pablo Chavarría este mensaje:

    Cantonuevo (23 enero 2012)

  3. #2
    Alexis Visitante

    Predeterminado Re: Georgia, aqu? en mi mente.


    Como colofón de mi intervención en este hilo, le diré lo siguiente, buen amigo chapín:

    Primero: Estimo muy sabio de su parte el no explicarme lo que usted entiende sobre la libre empresa, pues ello no es necesario. En realidad, es muy probable que ambos tengamos exactamente el mismo concepto; ni más ni menos. Sólo que talvez cada uno nos hemos forjado alguna idea diferente de lo que debería ser la libre empresa. Es como si se dijera que mientras a usted, por ejemplo, le gustaría que su casa estuviera pintada de azul, a mí, por el contrario, me fascina la mía de blanco. Ahí nada habría qué analizar...supongo...

    Segundo: En relación a mi manera de escribir, usted sabe que el lenguaje nos ofrece un abanico de posibilidades para hacer expresivos nuestros pensamientos e ideas por medio de la palabra hablada y/o escrita; y yo, por supuesto, me sirvo de ellos. No sólo son los poetas ni los escritores consagrados quienes tienen derecho a emplear estos recursos, sino cualquier persona, como éste humilde servidor.

    Tercero: ¿Enojo en lo que escribí más arriba? ¡Nada más alejado de la realidad! Sólo observe que en mi amplia exposición anterior, me limité a colocarle ejemplos reales y, por lo demás, demostrables de por qué pienso que "La Libre Empresa" (¡discúlpeme si mis comillas lo aburren!) es, por lo regular, una entelequia que ha sido utilizada, en muchísimos casos, sólo para chantajear a naciones y gobiernos débiles. Pero le ratifico otra vez que yo sí creo en ella, pero no exactamente como se viene practicando.

    Cuarto: Yo también me tomo muy en serio lo que escribo, y es por ello que cuando lo hago, siempre intento utilizar el Castellano de la manera más seria y correcta que mis posibilidades me permitan. Además, me gusta ser muy específico con mis planteamientos, a la par de colocar hipótesis, ejemplos y preguntas que direccionen mis pensamientos hacia un objetivo determinado; todo ello, desde luego, con el supremo fin de que quienes me lean me puedan entender de la manera más amplia posible. Ahora bién, ¿significa esto que todo el que me lea debe estar de acuerdo con mis planteamientos? ¡De ninguna manera!, eso sería una necedad pensarlo; y es por ello que no me incomodo, ni mucho menos, cuando usted de manera espontánea, libre y democrática me expresa sus desacuerdos con lo que escribo. Ello es muy natural que así sea, y en su actitud no hay, en lo absoluto, nada de malo, buen amigo.

    ¡¿Cuántas críticas no se le hacen a escritores consagrados como: Gabriel García Márquez, Pablo Coelho, Isabel Allende, J.J. Benítez, etc, etc, etc.?! Creo que fue en este mismo foro que una vez dije que la escritora mexicana Elena Poniatowska había dicho que: "Isabel Allende no era más que una escribidora". De Coelho se han dicho cosas peores; sin embargo, de éste último se dice también que es el escritor que más libros vende en el mundo. Pero más aún: ¿cree usted que Cervantes, Dante, Homero, (si es que éste último existió de verdad), Virgilio, Malba Tahan y cualquier otro famoso escritor, no tuvieron sus detractores durante y después de sus vidas? Entonces, ¿qué podría esperar un hombre como yo, que quizás ni siquiera llega a la categoría de "escribidor"?

    Finalmente, tal y como le dije en mi anterior intervención, me preparo para cumplir 52 años de edad. De acuerdo a esto, bien podría yo ser su padre. Pero me veo gustosamente obligado a repetirle que ello no me hace ni más sabio, ni más inteligente que usted; en modo alguno. Además, también es bueno recordarle que el tiempo es un sabio maestro que nos enseña algunas que otras cosas de la vida. Muchas veces, cuando ya se ha vivido cierta cantidad de años, al volver la vista atrás, nos damos cuenta que algunas cosas no eran tal y como las imaginábamos, que muchas ideas y principios en los que creíamos no eran más que un simple espejismo o utopía. Ello es natural que así sea, y a usted le tocará, más temprano que tarde, vivir esta aleccionadora experiencia, mi querido amigo guatemalteco. Mientras tanto, lo conmino para que siga disfrutando de esa envidiable juventud que ahora usted tiene, y que para mí es ya sólo un recuerdo muy hermoso.

    Aprecios infinitos.
    Última edición por Alexis; 4 febrero 2012 a las 00:39

  4. Los siguientes 3 Usuarios agradecieron a Alexis este mensaje:

    Cantonuevo (25 enero 2012), jmm00044 ( 7 febrero 2012), Pablo Chavarría (25 enero 2012)

  5. #3
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    Agradecido: 2055

    Predeterminado Re: Georgia, aqu? en mi mente.

    Quiero revelar un sueño hermoso. Me lo contó mi abuelo, a pesar de la enorme desventaja de estar fallecido desde hace 20 años. De alguna u otra forma, en pasajes muy precisos de mi vida el viejo nunca dejó acompañarme y por ello fue posible que yo le aprendiera muchas cosa. Lo hermoso de este sueño es lo que implica: la muerte dejó de ser una cuestión biológica y la no-existencia se basa solo en el olvido. Las cosas mueren cuando empezamos a olvidarlas y no es que ésto sea entonces, un completo desagrado. No, la vida es buena porque se inventó el olvido y es más buena, buenísima; porque el recuerdo a veces, lo derrota. De una u otra forma, mi abuelo estuvo siempre al lado mío. En todos los presentes desde que cumplimos con el rito de cerrar su féretro, hasta el de ahora; el de ahora mismo.

    Escribir no es una labor cualquiera. Opinar, sí. Todos los humanos en el mundo tienen la capacidad de formular un juicio y expresarlo y lo hacen, por valientes, muy seguido. Escribir es un poco más difícil; pues además de realizar ese ejercicio, el escritor asume responsabilidades que no pueden despreciarse. De allí es que el oficio me resulte apasionante, porque pienso más en el lector que en ejercer un derecho abstracto, que dura apenas, una vida. Pienso más en el lector porque prefiero estar del otro lado. Prefiero leer a escribir cualquier cosa, en cualquier idioma o por cualquier motivo. Leer me da más gusto. Así, mi amigo, en estos momentos podría dedicarme a mostrar uno por uno sus defectos de carácter, su falta de argumentos, sus errores, sus fallos, sus infamias y aquel impulso natural de defender la verdad hasta lo último, me haría decírselo en un día cualquiera; pero si algo aprendí de los viejos escritores y que complementa, no niega lo que decía el Ché Guevara sobre los hombres y sus ideales, es que que las personas valen más que las ideas; porque éstas ya no son de nadie. Más valoro su amistad, continental, que mis ideas, las cuales podrán utilizarse en otro momento y bajo alguna otra circunstancia.

    Por espiral y caótica, su escritura tiende a la repeticiones. El mensaje más reciente guarda esa tragedia: todos los argumentos son repetitivos y conducen a muy poco, a cosas que ya nos había compartido. El dominio del idioma no se basa solamente en las cuestiones formales y específicas del mismo; así como la escritura no puede basarse en convencimientos y conocimientos. Lo que nos mueve es el deleite de las informalidades, explorar las posibilidades para presentar resultados que antes, no existían. En lo formal Usted puede superarme; porque goza de un léxico más amplio y porque conoce cada forma gramatical para aplicarlas todas con una precisión endemoniada. Pero en lo informal está muy lejos y esto se debe a que se supedita a los conceptos y no a los valores. Así, el abanico tiende a cerrarse y es más difícil que se abra.

    Nadie en estos tiempos osará limitar su pensamiento o la libertad de expresarlo. Pero dicha libertad propone entonces que el pensamiento sea amplio y se eleve y eleve a quien lo escucha. Eso, lo han exigido todas las culturas a lo largo de la Historia y no ha cambiado nunca. Es lo único que no ha cambiado y es lo que hace que luego la muerte ya no tenga cabida entre los hombres.

    De tan buena que es la vida, se ha hecho exacta. Mejor que la metáfora de los engranes o la ilusión de los relojes. Nos hallamos en el punto más exacto de nuestras existencias. Usted, a punto que morir su juventud por olvidarla y yo, queriendo ser más que nunca como un niño. Porque siendo niño era perfecto y más perfecto fui en el vientre de mi madre. Ella toda como un ángel corpóreo y yo, un milagro viviendo en sus entrañas. Estaba solo sin soledad alguna. Mi madre me envolvía y me acunaba como lo hace hoy todavía. Entonces como nunca, por esas razones y por otras; estuve cerca del Creador y su misterio y no voy hacia Él, sino que recorro un camino de regreso.

    Quiero revelar un sueño hermoso: el ser humano es invencible cuando las condiciones lo permiten y lo hermoso de este sueño es lo implica. A medida que la muerte se traspasa, la Eternidad poco a poco se convierte en algo de este mundo.
    Última edición por Pablo Chavarría; 25 enero 2012 a las 17:29

  6. Los siguientes 3 Usuarios agradecieron a Pablo Chavarría este mensaje:

    Cantonuevo (25 enero 2012), jmm00044 ( 7 febrero 2012)

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