Compañero jmm00044, no se desanime, que escribir alegra el espíritu de quien lo hace y enriquece el de quien lee. Es una mutua recompensa que no tiene precio. Además, siempre he creído que las personas algo o mucho pueden aportar al prójimo por medio de la literatura.
Muchas veces nos vemos animados a escribir cosas que en principio no logramos comprender. En ocasiones, tenemos que hacer un alto para ordenar ese conjunto de frases y oraciones que de forma intempestiva salen a bobortones de las entrañas de nuestra mente (¿o más bien de nuestros dedos...?), para así entender qué extraña fuerza es la que nos ha impelido a verter sobre el papel (o nuestras computadoras) todo cuanto asalta nuestros sentidos. Quizás en algunas que otras ocasiones no logremos llegar a entender absolutamente nada. Sin embargo, no por ello debemos ceder ante nuestro empeño; pues no olvidemos que la mente humana es muy compleja y, por lo demás, extraordinaria. Y para ilustrarlo, le pondré un ejemplo de la vida real:
Cuenta la escritora chilena Isabel Allende, que a raíz de la muerte de su abuelo, esta comenzó a escribir de manera frenética. Según ella, no lograba comprender qué era toda aquella maraña de palabras e ideas que salían de entre sus dedos. No tenía sentido lo que redactaba, pero tampoco lograba parar de hacerlo. Seguía y seguía adelante con su escritura, aunque no sabía a dónde la llevaría todo aquel promontorio de letras. Sin embargo, cuando concluyó, cuando sintió la necesidad de parar, descubrió que en aquel bulto de incomprensibles papeles, había quizás unas de sus principales obras literarias, la cual, incluso, sería llevada al cine y la pantalla chica: "La Casa de los Espíritus", una novela muy buena, en mi opinión, en la cual la escritora austral mezcla de manera magistral hechos de la vida real e históricos, con ideas místicas. Entonces, amigo jmm, no se desanime y siga adelante. Es verdad que algunos no sabrán ni querrán apreciar lo que usted escriba, pero otros sí lo harán. Por otro lado, no podría ni querría prometerle en qué grupo estaré yo; sin embargo, ello es irrelevante. ¡Sólo escriba y ya veremos, amigo!...
Abrazos para usted y el buen amigo Pablo.
Alexis.-