Sé paciente y aguarda tu momento. El capricho de las musas sigue y seguirá siendo incomprensible. Uno puede hacer mil cosas por escribir y al final, quizá resulte que uno ya no escriba. Hablando del espíritu, hay mil maneras de entenderlo y mil más de no entenderlo. Por eso la poesía adopta tantas formas y es adepta a las personalidades más diversas.
Mi caso particular, tuvo que ver con los juegos de palabras. Con las hermoso de retorcer el lenguaje y la gramática, olvidando el sentido y apelando a lo ilógico; para dar un nuevo sentido a las palabras que usualmente decimos sin mayor apego. Y con el correr de los años, sentí su savia subiendo por mí, fluyendo de manera constante e invitándome a escribir; no por decisión mía y sí por decisión de ellas.
Un bloqueo es tan simple o tan complejo como lo analicemos. Pero se resuelve, normalmente, acudiendo a la pureza de los primeros trazos, esbozos de versos y palabras con la timidez y frescura originales.
Dale tiempo al tiempo, Txema. Los poemas sabrán encontrar su camino de regreso.