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Re: Cosmogon
Cosmogonía
ii
¿Y si no fue por una botella
lanzada al mar de los arrepentimientos?
¿o un incienso brotando de la lámpara?
¿Y si no fue en Ítaca, en Creta o en Esparta?
¿Si no hubo astros, ni noches consteladas;
hablando de nosotros en mitológico debate?
¿Y qué si fue algo más simple
y por simple, deslumbrante?
¿Y qué tal si acepto
que hubo necesidad de arrodillarse,
de llorar y suplicar por tu venida?
Que cerré mis ojos un instante
y al siguiente instante apareciste:
plateada, marina y milagrosa;
inesperada y oportuna.
desde los cuatro puntos cardinales,
por las cuatro fuerzas atraída
y en las cuatro dimensiones
exacta, casuística y coronada.
¿Y qué si no creo más
en tirar botellas a los mares?
Última edición por Pablo Chavarría; 8 abril 2012 a las 17:23
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Herroldch ( 7 abril 2012)
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
iii
He de suponer que antes,
mucho antes de que el concepto
del ahora fuese comprendido,
existió un concilio.
Un contemplar la calma y el vacío
para planear y decidir
y acudir luego a la maravilla.
He de sospechar que antes,
muchísimo antes de que las horas
decidieran su camino,
hubo un ensayo.
Un diagrama previo
de arroyos que murmullan,
de árboles con flores
y trémulo volar de colibríes.
He de aceptar
que los linderos de la lógica,
son arrimados a lo improbable
por el más allá de lo que nos sorprende
y nos anima.
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
iv
También me da por comprender
que antes del soslayo,
la mirada nuestra era infinita.
Que no había anhelos
por alcanzar metas y horizontes,
por escalar montañas
o miedos de sortear abismos.
Abismal fue nuestra mirada.
No existían los llantos, ni las penas,
ni suspiros en completo desamparo;
me da por comprender a la nostalgia
y a las melancolías.
Y en diciendo esto,
no sé ya que pena siento:
si melancólica, si nostálgica;
si nostálgica, si melancólica.
Última edición por Pablo Chavarría; 10 abril 2012 a las 16:13
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
v
¿Cómo estaría el sol en la primera hora?
Antes de brillar ardiente
o dar el primero de sus pasos.
¿Cómo estará la luna en su primer ciclo?
Más bella quizá o más plateada;
más pulida para encender la noche
en color ceniza.
¿Cómo estaría el agua en su primer momento?
Antes de empezar el pálpito en su reloj
de vapor y escorrentía.
¿Acaso temblaría?
¿Temblaría la hoja que blanca
espera el alzar del sol,
la luna llena
y el correr del agua?
¿Cómo estarían los pájaros
antes del primero de sus trinos?
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
vi
No estaré poniendo
palabras, imágenes, ideas
en tu boca, tu cabeza, tu ideario.
Ni diré lo que a continuación dirías,
sabiendo de antemano
todos tus deseos.
Ni responderé tus dudas
oh luz que día a día
te yergues impaciente.
Recuerda
que el recuerdo que ahora escribo,
no lo estoy escribiendo
realmente.
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
vii
En plena oscuridad no estaba oscuro,
así como en la luz no estaba deslumbrado,
ni seco en los desiertos
o helado en los glaciares.
Previo a conocer
todas las maravillas del universo
estaba viendo, sintiendo,
escuchando y leyendo
todas las maravillas del universo.
Entre temores,
alegrías y furores
mi alma se llenó de estrellas
y fui, por un instante,
el reflejo de un cielo constelado.
Fui un océano aparatado
de ínsulas románticas
y continentales penas.
Por un instante
no fui el mar soñando el cielo;
sino el cielo mismo,
con sus azules, sus negros, sus celestes;
su devenir de días
y su despedir de noches.
Y en retornar a ese instante,
cifro ahora toda mi esperanza.
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Re: Cosmogon
Cosmogonía
viii
Cuando ya brillaron las estrellas
y cuando ya giraron en torno suyo los planetas
y cuando ya los mares se mecían
y cuando ya la negra tierra refulgía,
comenzó la vida.
Y así lo gallos, sin saber por qué,
cantaron en el primer alba;
y así los grillos, sin saber por qué,
chirriaron en la primera noche;
Y las abejas, sin saber ni preguntarlo,
polinizaron a las flores que,
sin saber ni preguntarlo,
crecían a la orilla de un camino
que recién descubría su propósito.
El lecho de los ríos
se llenó de suave pienso
y un hermoso manatí ubérrimo
se acercó al forraje para comer con regocijo.
El jaguar reflejó la Vía Láctea
y el venado, con su salto,
a los cometas.
Abrió el sapiens del planeta
todos sus sentidos
y comenzó a existir con los demás,
sin saber por qué lo hacía.
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