Por no verlo a los ojos, y porque los ojos de él no podían mirarla; se sintió pronto bastante segura, confiada, amena... feliz.
Pudo mostrarse sin reservas, ya que sabía que su instinto de bestia nunca podría traicionarlos. El amor era puro, respetuoso, bastante inocente. Hasta que un buen día, ella amaneció hastiada y lo dejó... Por aburrido.
Siguiente imagen compañeros:
![]()