Melocotón, así te llamaba.
Tu piel suave, invitaba.
Tu dulzura, fascinaba.
Tu lascivia, me insultaba.
Melocotón, tersa y joven.
En mi boca te deseaba y mis sentidos,
despertabas.
Como el verano, huiste.
Como los melocotones desapareciste.
Hasta el verano que viene,
esperaré paciente.
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Ahí os lo dejo....