Compañero Chema, lo menos que podría desearte a ti y a tu pueblo es que tengan mucha suerte en el logro de los objetivos planteados. La lucha de los trabajadores es ardua, larga, impostergable y, por lo demás, perentoria; es un sino que hasta ahora nos envuelve en el devenir histórico. ¡¿Pero qué otra cosa podríamos hacer?!... ¡Siempre adelante!...