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Tema: Personajes Sevillanos

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  1. #1
    Fecha de ingreso
    octubre 2010
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    Empezare con uno que aunque nacido en lo que hoy es el vecino Algarve fue rey de Sevilla y ocupa un sitio importante en su acervo cultural no solo politico:
    Al-Mu'tamid
    Muhammad ibn ;Abbad al-Mutamid (Beja, Portugal, 1040 ; Agmat, Marruecos, 1095). Rey taifa de Sevilla (1069-1090), de la familia de los abadíes.
    Al llegar al trono, al-Mutamid nombró visir a su amigo y antiguo mentor Ibn Ammar. Su relación fue excelente durante los primeros años de reinado. Por ejemplo, se atribuye a su habilidad que una expedición de Alfonso VI de León contra Sevilla acabase pacíficamente mediante la aceptación del pago de un doble tributo (1078).

    En cualquier caso, Ibn Ammar cayó en desgracia como resultado de su desastrosa gestión de la anexión de la taifa de Murcia. En 1078 Ibn Ammar acudió a Ramón Berenguer II, conde de Barcelona, y le pidió su ayuda para conquistar Murcia mediante el pago de diez mil dinares. Como prenda del pago del tributo, un hijo de al-Mutamid, al-Rashid, serviría de rehén, parece que sin el conocimiento de su padre. Cuando al-Mutamid descubrió el pacto, quiso recuperar a su hijo, cosa que sólo pudo conseguir mediante el pago de una suma tres veces mayor. Una vez conquistada la taifa de Murcia, Ibn Ammar fue nombrado gobernador, pero poco después conspiró para independizarse de la taifa de Sevilla. Descubiertas sus pretensiones tuvo que huir de Murcia. Refugiado en Zaragoza, intentó ayudar a los tuyibíes en una expedición contra la fortaleza de Segura, pero finalmente fue hecho prisionero y entregado a al-Mutamid, quien, a pesar de los lazos de amistad que durante mucho tiempo los habían unido, lo mató con sus propias manos.

    Sintiéndose amenazado por León después de la conquista de la Toledo por Alfonso VI de León (1085), decidió pedir auxilio a los almorávides, a los que ayudó, junto con tropas de las taifas de Granada y Badajoz, a derrotar a los cristianos en Zalaca (1086). Sin embargo, el emir almorávide Yusuf ibn Tasufin, requerido en África, volvió a su reino. La ausencia almorávide contribuyó a que los reyes musulmanes siguiesen envueltos en sus disensiones, de forma que no pudieron evitar nuevos ataques cristianos. El rey Alfonso VI tomó el castillo de Aledo (en Murcia) en 1087, bloqueando las rutas entre Sevilla y las provincias orientales de al-Ándalus. Al-Mu***8216;tamid en persona se dirigió de nuevo a Marrakech para pedir a Yúsuf que acudiera en ayuda de los musulmanes en al-Ándalus. Los almorávides volvieron a la península (1088), pero esta vez no sólo combatieron a los cristianos, sino que fueron conquistando uno a uno todos los reinos de taifas. Al-Mutamid fue depuesto por el emir almorávide en 1090 y desterrado a África, donde murió (Agmat, en las inmediaciones de Marrakech).

    Al-Mutamid fue un notable poeta y, durante su reinado, la cultura floreció en Sevilla. En su corte gozaron de favor los poetas y literatos, como el siciliano Ibn Hamdis, Ibn al-Labbana de Denia, Ibn Zaydún o el propio visir y poeta Ibn Ammar de Silves (1031-1086).

    También la visitaron intelectuales como Ibn Hazm (994-1063), una de las figuras centrales de la cultura andalusí, el geógrafo Al-Bakrí y al astrónomo Azarquiel (Al-Zarkali).

    Leyendas
    Una leyenda cuenta que Ibn Ammar, el favorito de al-Mutamid jugó una partida de ajedrez con Alfonso VI de León, el cual se encontraba asediando Sevilla (1078). La apuesta era elevada, puesto que el ganador decidiría el destino de la ciudad de Sevilla. Ibn Ammar ganó la partida y le pidió al rey castellano que respetase la ciudad. Alfonso mantuvo su palabra y no atacó Sevilla, quedándose con el tablero y las piezas del juego de ajedrez. La realidad es más prosaica, y el sitio no se levantó hasta que al-Mutamid no acordó pagar un cuantioso tributo a Alfonso VI.

    Paseando un día a orillas del Guadalquivir con su amigo Ibn Ammar, jugaban a improvisar poemas, entretenimiento extremadamente popular en la sociedad andalusí de la época. Al levantarse una ligera brisa sobre el río, dijo al-Mu***8216;tamid: "El viento tejiendo lorigas en las aguas".

    Ante lo cual esperaba la respuesta de su compañero. Sin embargo, Ibn Ammar no tuvo tiempo de responder, puesto que ambos oyeron una voz femenina que completaba la rima:

    "¡Qué coraza si se helaran!".

    (Traducción de Miguel José Hagerty en Al Mutamid: Poesía. Traducción y comentario, Bosch, Barcelona, 1979; y Al-Mutamid de Sevilla. Poesía completa. Traducción y comentario, Granada, Comares, 2007.)

    La voz correspondía a una muchacha escondida tras los juncos. Era una joven bellísima llamada Rumaikiyya, esclava de un arriero. Al-Mutamid quedó inmediatamente enamorado, la llevó a su palacio y la hizo su esposa, tomando el nombre de Itimad. Cuando al-Mutamid fue depuesto, Rumaikiyya partió con él al exilio.

    La relación Al-Mutamid y Rumaikiyya fue la fuente de numerosas historias, como la que aparece en el Libro de los ejemplos del Conde Lucanor y de Patronio, cuento XXX, De lo que aconteció al rey Abenabed de Sevilla con su mujer, Ramaiquía, obra de Don Juan Manuel.

    La vida de Al-Mutamid inspiró la obra de Blas Infante Motamid, último rey de Sevilla.

    A mi cadena



    Cadena mía, ¿no sabes que me he entregado a ti?
    ¿por qué, entonces, no te enterneces ni te apiadas?

    Mi sangre fue tu bebida y ya te comiste mi carne.
    No aprietes los huesos.

    Mi hijo Abu Hasim, al verme rodeado de ti,
    se aparta con el corazón lastimado.

    Ten piedad de un niñito inocente que nunca temió
    tener que venir a implorarte.

    Ten piedad de sus hermanitas, parecidas a él y a
    las que has hecho tragar veneno y coliquíntida.

    Hay entre ellas algunas que ya se dan cuenta,
    y temo que el llanto las ciegue.

    Pero las demás aún no comprenden nada y no
    abren la boca sino para mamar.

    Motamid, último rey de Sevilla
    Motamid, último rey de Sevilla es una obra del máximo ideólogo del andalucismo político, Blas Infante, publicada por primera vez en 1920. Se trata de un drama que recrea la vida de Al-Mutamid, último emir de la Taifa de Sevilla, cuya historia es interpretada como paralela a la tragedia del pueblo andaluz, enclavado geográficamente entre dos intransigencias belicosas: la africana de almohades y almorávides y la castellana.

    Motamid aparece como un símbolo del pacifismo y de la tolerancia. Andalucía es presentada por Infante como ejemplo de la liberalidad y de la tolerancia, el punto más distante del fanatismo. Motamid encarna al espíritu libre andalusí frente a los intransigentes que reclaman el espíritu de Andalucía.


    Última edición por jmm00044; 15 diciembre 2010 a las 13:08
    Saludos desde Alandalus Sefarad o Hispania
    bandera republica - Personajes Sevillanos
    sig chema - Personajes Sevillanos
    novotes - Personajes Sevillanos
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  2. Los siguientes 2 Usuarios agradecieron a jmm00044 este mensaje:

    manoli27 ( 4 marzo 2015), Sonsoles (16 diciembre 2010)

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