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Tema: Personajes Sevillanos

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  1. #1
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    En_Web Re: Personajes Sevillanos

    [QUOTE=jmm00044;5003]
    José María Blanco-White
    (Sevilla, 1775 - Liverpool, 1841)

    IMpresiona la visión de Blanco White en aquellos momentos ciertamente oscuros para España y para la sociedad española, Blanco pasó del catolicismo a ser protestante y como tal lo estudié en mis estudios de Teología reformada.
    Fue casi casi un polifacético en todo los sentidos, digno de admiración.
    Os quiero dejar a vuestra consideración un artículo del Pais sobre un ensayo- biografía que Goytisolo ha escrito sobre é y su obra; Blanco se vio condenado al ostracismo por su apoyo gradual a la independencia de las colonias de España en América.
    Es un escritor olvidado, a quien Juan Goytisolo considera el más importante de entre los españoles de la primera mitad del XIX y muestra la convergencia de sus ideas con las de Humboldt y otros pensadores y cientificso de su época.
    El articulo se titula "EL "SUBVERSIVO" BLANCO WHITE"

    http://www.elpais.com/articulo/repor...o/Blanco/White
    /elpepusocdmg/20100912elpdmgrep_4/Tes
    Última edición por Sonsoles; 1 enero 2011 a las 17:26
    Más vale aprender, que consumir ... más vale compartir, que ganar
    "La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo."Richard Steele

  2. El siguiente Usuario agradeció a Sonsoles este mensaje:

    jmm00044 ( 1 enero 2011)

  3. #2
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    Predeterminado Re: Personajes Sevillanos

    DIEGO MARTÍNEZ BARRIO
    Político
    Diego Martínez Barrio, político, nació en Sevilla el 25 de noviembre del año 1883 y murió en París el 1 de enero del año 1962.
    Era hijo de un albañil y de una vendedora del mercado y el mismo manifestó en sus memorias “Mi infancia no conoció otras alegrías que las inevitables de la edad, con escaseses que, despues de la muerte de su madre, se convirtieron en miserias”.
    Contaba con solo once años de edad cuando murió su madre, empezando a trabajar, dedicándose durante el día a su actividad laboral y las noches a la lectura.
    Desde muy joven se afilió a la Juventud Republicana de Sevilla y al Partido Republicano Radical fundado por Alejandro Lerroux.
    En el año 1908 se afilia a la Masonería, iniciándose en la logia La Fe de Sevilla.
    En el año 1920 es elegido Concejal del Ayuntamiento de Sevilla, presentándose en el año 1923 para Diputado a Cortes, despues fue elegido presidente del Partido Republicano Radical de la provincia de Sevilla, siendo elegido en el año 1933 Presidente del Consejo de Ministros de España y elegido nuevamente en el año 1936.
    En el año 1936 es nombrado Presidente interino de la República Española y desde los 1945-1961 Presidente de la República Española en el exilio.
    Desde el 16 de marzo del año 1936 hasta el 31 de marzo del año 1939 fue Presidente del Congreso de los Diputados de España.
    Murió el 1 de Enero del año 1962 en París.
    Saludos desde Alandalus Sefarad o Hispania
    bandera republica - Personajes Sevillanos
    sig chema - Personajes Sevillanos
    novotes - Personajes Sevillanos
    Si eres novato o tienes problemas pasate por aquí:
    https://culturaparatodos.eu/announcement.php?f=125

  4. #3
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    Doctor Pedro Vallina
    Anotemos cuatro cosas, de entrada que Pedro Vallina, (Guadalcanal, Sevilla, 1879-Veracruz, México, 1970), fue médico, escritor y agitador anarquista, el primer biógrafo (Crónica de un revolucionario. Con trozos de la vida de Fermín Salvochea. Ed. So*lidaridad Obrera, París, 1958) y el más reconocido discípulo del legendario Fermín Salvochea.

    Pedr era hijo de un confitero y pequeño terrateniente de Sevilla y estudiaba medicina cuando entró en contacto con el primer núcleo anarquista andaluz y conoció al diputado libetario Giuseppe Fanelli. Hizo la carrera en Cádiz, y amplió sus conocimien*tos en Madrid, París y Londres. Resulta implicado en la represión que sigue a un atentado contra Alfonso XII. Hondamente humanista y paci*fista, Vallina enfoca su actividad militante fundamentalmente hacia la propa*ganda oral y escrita, confía en las virtudes de la educación popular y denuncia con vehemencia las condiciones higiénicas y sanitarias de la población obrera.

    En colaboración con la CNT construirá un Sanatorio Antituberculoso para los trabajadores. En 1919 formará parte del Comité Revolucionario que lucha por las mejoras de los inquilinos en Sevi*lla, y asume responsabilidades como tesorero del sindicato en la región. Durante el llamado "bienio bolchevista", Vallina fue desterrado hasta en cuatro ocasio*nes: al norte de África, a Portugal y a diferentes pueblos extremeños donde pronto será apreciado por los oprimidos y ferozmente odiado por los opresores.

    Tal como testimonia la película de Antonio Gozalo, Una pasión singular, Valina colaboró con el "andalucista liberalista" Blas Infante, al que calificó como "el más ilustre hijo de Sevilla", pero se negó a formar parte (por principios) en las candidaturas andalucistas. Al comienzo del período republicano, Vallina era ya la encarnación del "fantasma" de la revolución en Andalucía para las autoridades. Miguel Maura llegó a estar convencido de que Vallina estaba organizando una insurrección en Andalucía, que tenía como centro Sevilla y como medio de presión directa la huelga general revolucionaria. El gobernador civil de la capital andaluza llegó a idear una trampa para responsabilizar a Vallina y anularlo para siempre. Vallina se instaló en Alcalá de Guadaira e instó al movimiento obrero para que no cayera en una encerrona. No obstante fue detenido y la huelga estalló dando la oportunidad a la guardia civil para asesinar a 39 obreros en Sevilla y cerca de 100 en la provincia. Vallina tuvo que ser liberado tres meses más tarde.
    Retirado de sus actividades militantes en Almadén (Ciudad Real), se reveló como el líder indiscutido del movimiento obrero del lugar, e hizo adelantar la revolución a principios del mes de junio de 1936. En esta fecha y como producto de un enfrentamiento entre la dirección de las minas y los obreros, éstos se apoderaron de las instalaciones después de ha*ber expulsado a los consejeros municipales reaccionarios de la ciudad. La situación se mantenía el 19 de julio y los mineros formaron milicias para ayudar a luchar contra el levantamiento. El final de la gue*rra civil le llevaron a Francia donde intervino en la vida organizativa de la confederación. Ulteriormente se trasladó a la República Dominicana y a México, donde mostró un gran interés por las comunidades indígenas a las que ayudó como médico. Sus Memorias fueron publicadas en dos to*mos en Caracas (1968) y en México (Tierra y libertad, 1971; existe una coedición relativamente reciente efectuada por Libre Pensamiento y el Centro Andaluz del Libro) y constituyen un testimonio de pri*mera magnitud para reconstruir la historia de la lucha de clases y del anarquismo en la Andalucía de principios del siglo XX, y en ella la de uno de sus protagonistas más destacado aunque no por ello menos controvertido
    .

  5. #4
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    Velázquez
    Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 6 de junio de 1599 – Madrid, 6 de agosto de 1660) conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y figura de la pintura universal.

    Pasó sus primeros años en Sevilla donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista por influencia de Caravaggio y sus seguidores. Se trasladó a Madrid, a los 24 años fue nombrado pintor del rey y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey, de su familia, así como otros cuadros para decorar las mansiones reales. Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En esta evolución influyó el estudio de la colección real de pintura y su primer viaje a Italia donde estudió tanto la pintura antigua como la contemporánea. En su madurez, a partir de 1631, pintó grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se volvió más esquemático y abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró con el retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las Hilanderas.

    Su catálogo consta de 120-125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido».

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    manoli27 (11 abril 2020)

  7. #5
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    Antonio Machado
    (1875-1939)

    Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98.
    Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Vida Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros
    poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
    Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa
    de Benamejí, de 1931. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero.
    Su obra poética se inicia con Soledades (1903), que fue escrita entre 1899 y 1902. En el breve volumen notamos ya muchos rasgos personales que caracterizarán su lírica posterior.
    En Soledades, Galerías y otros poemas (octubre de 1907) la voz del poeta se alza con personalidad propia. En este mismo año, se instala en la ciudad de Soria para enseñar francés. En esta ciudad conocerá a la que será su esposa Leonor. Quizá lo más típico de esa personalidad sea el «tono» nostálgico, suavemente melancólico, aun cuando hable de cosas muy reales o de temas muy de la época: jardines abandonados, parques viejos, fuentes, etc. Espacios a los cuales va aproximándose a través del recuerdo, del sueño o de las ensoñaciones.
    En lo fundamental este intimismo nunca desaparece, aunque en la entrega siguiente, Campos de Castilla (1912), Antonio Machado explore nuevos caminos (no en vano, es su libro noventayochista). En la colección de 1912 el poeta mira, sobre todo, al espacio geográfico que le rodea ***8212;las tierras castellanas***8212; y a los hombres que lo habitan. A la sección Campos de Castilla que figura en la edición de Poesías completas (1917) se añadirán nuevos textos que no figuran en la de 1912:
    a) un grupo de poemas escritos en Baeza tras la muerte de su mujer Leonor en los que la memoria tiene un papel fundamental,
    b) una serie de poemas breves, de carácter reflexivo, sentencioso, que el poeta llamará «Proverbios y cantares» y
    c) unos cuantos textos muy críticos: crítica social y crítica a la España de aquel momento.
    El libro Nuevas canciones (1924), escrito parcialmente en Baeza, recuerda en alguna de sus partes el tono nostálgico del primer Machado. Hay una presencia de las tierras sorianas, evocadas desde lejos; la hay, también, de la Alta Andalucía, espacio geográfico real y mítico a la vez; continúa, además, en el nuevo libro, la línea sentenciosa (proverbios y cantares) que ya iniciara en Campos de Castilla.
    Las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 presentan novedades dignas de ser destacadas. Especialmente, hay que reseñar la aparición de dos importantes apócrifos, «Juan de Mairena» y «Abel Martín» ***8212;maestro de Mairena***8212;, más un tercero, que lleva el mismo nombre que el poeta. Son, todos ellos, autores de los poemas añadidos a estas nuevas ediciones. Juan de Mairena es, además, autor de comentarios en prosa: de éste ha de decir Machado algunos años más tarde que es su «yo filosófico». Entre los textos que a dichos personajes se atribuyen destacaremos, por una parte, los de carácter filosófico (filosofía impregnada de lirismo); por otro lado, unos cuantos poemas eróticos, cuya inspiradora (Pilar de Valderrama en la vida real; Guiomar en la poesía) fue el último gran amor del poeta.
    En 1936, ya en vísperas de la Guerra Civil, publica un libro en prosa: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. Se trata de una reunión de ensayos que venía publicando en la prensa madrileña a partir de 1934. Este volumen muestra que su autor es uno de los más originales prosistas de nuestro siglo. A través de esas páginas Machado-Mairena habla sobre la sociedad, la cultura, el arte, la literatura, la política, la filosofía. Usa una gran variedad de tonos, que va desde la aparente frivolidad hasta la gravedad máxima, pasando por la ironía, la gracia o el humor.
    Durante la contienda civil marcha con su familia a Valencia. Uniéndose al movimiento Alianza de Escritores Antifascistas participando activamente en el II Congreso Internacional celebrado en la ciudad de Valencia. Machado escribió unos pocos textos en verso y muchos en prosa. Algunos, verso y prosa, se recogen en su último libro, La guerra (1937, con ilustraciones de José Machado). Si buena parte de la escritura última debe verse como puramente testimonial, hay, no obstante, ciertos textos de grandísima calidad literaria. Entre ellos, El crimen fue en Granada.
    Durante la década del veinte y los primeros años de la década del treinta, escribe teatro en colaboración con su hermano Manuel. Ambos estrenan en Madrid las siguientes obras: Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Don Juan de Maraña (1927), Las adelfas (1928), La Lola se va a los puertos (1929), La prima Fernanda (1931) y La duquesa de Benamejí (1932).
    Varias canciones de Joan Manuel Serrat, particularmente "Cantares", fueron las que en gran medida difundieron por el mundo entero la poesía de Antonio Machado.

    Poema Por Tierras de España
    de Antonio Machado




    El hombre de estos campos que incendia los pinares
    y su despojo aguarda como botín de guerra,
    antaño hubo raído los negros encinares,
    talado los robustos robledos de la sierra.
    Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;
    la tempestad llevarse los limos de la tierra
    por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
    y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra.
    Es hijo de una estirpe de rudos caminantes,
    pastores que conducen sus hordas de merinos
    a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
    que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.
    Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
    hundidos, recelosos, movibles; y trazadas
    cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
    de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.
    Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
    capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
    que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
    esclava de los siete pecados capitales.
    Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza,
    guarda su presa y llora la que el vecino alcanza;
    ni para su infortunio ni goza su riqueza;
    le hieren y acongojan fortuna y malandanza.
    El numen de estos campos es sanguinario y fiero:
    al declinar la tarde, sobre el remoto alcor,
    veréis agigantarse la forma de un arquero,
    la forma de un inmenso centauro flechador.
    Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta
    ?no fue por estos campos el bíblico jardín?:
    son tierras para el águila, un trozo de planeta
    por donde cruza errante la sombra de Caín.
    Última edición por jmm00044; 12 enero 2011 a las 08:50

  8. El siguiente Usuario agradeció a jmm00044 este mensaje:

    manoli27 (10 septiembre 2016)

  9. #6
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    Manuel Blasco Garzón
    Manuel Blasco Garzón nació en Sevilla (España) en 1885 y murió en 1954 en Buenos Aires (Argentina), donde se había exiliado como consecuencia de la Guerra Civil española. Fue abogado y político y persona muy polifacética por lo que desarrolló varios cargos importantes tanto en Sevilla como en Madrid. Destacó también por su brillante oratoria.
    En Sevilla, ocupó la presidencia del Sevilla F.C., de 1923 a 1925, fue presidente del Ateneo de Sevilla de 1927 a 1929, en pleno apogeo de la Generación del 27.[1]
    Como político fue elegido diputado a Cortes por la circunscripción de Sevilla en las elecciones de 1923 a las que se presentó por la Izquierda Liberal. Tras la proclamación de la Segunda República Española participaría en las elecciones de 1933 en representación del Partido Republicano Radical y en las elecciones de 1936 como representante de la Unión Republicana obteniendo en ambas ocasiones un escaño por Sevilla.
    Fue ministro de Comunicaciones y Marina Mercante entre el 19 de febrero y el 13 de mayo de 1936, fecha en que pasó a ocupar la cartera de ministro de Justicia hasta el 4 de septiembre de 1936.
    En su exilio de Buenos Aires ocupó el cargo de cónsul general de España, del gobierno republicano. En esa etapa escribió el libro titulado Evocaciones andaluzas. Murió en Buenos Aires en 1954, sin haber podido regresar a Sevilla desde su partida hacia el exilio.



  10. #7
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    Melchor Rodríguez El ángel rojo

    En el número 23 de la calle San Jorge en Triana nació uno de esos personajes singulares e incómodos, habitualmente olvidados en los arrabales de la historia: El anarquista Melchor Rodríguez, conocido en la memoria popular como el «ángel rojo» y que durante la Guerra Civil salvó a cientos de personajes de derechas cuya vida peligraba en el Madrid controlado por los milicianos.

    Ayer, Sevilla le dedicó el homenaje que merecía con la rotulación de una calle en la llamada Verea de San Cayetano, junto a Valdezorras. La iniciativa partió del grupo Recuperando la memoria de la Historia Social de Andalucía, que coordina Cecilio Gordillo, con la colaboración de entidades, asociaciones memorialistas y cientos de ciudadanos. La propuesta la aprobó el Ayuntamiento de Sevilla en octubre de 2008 y se espera que ahora lo haga Madrid, ciudad en la que Melchor Rodríguez forjó su leyenda.

    Precisamente, el jueves de la próxima semana se presentará un libro fundamental para entender a este personaje, El ángel rojo (Almuzara), escrito por el periodista Alfonso Domingo, una de las personas que mejor conoce la vida del anarquista.

    El libro es una biografía novelada, rigurosa y amena que recorre la agitada vida de Melchor desde su nacimiento en Sevilla hasta su muerte en 1972 en la que, por cierto, se le permitió un funeral con una bandera roja y negra en el ataúd, hecho insólito durante la Dictadura.

    Alfonso Domingo relata la infancia sevillana de Melchor Rodríguez (Sevilla, 1893- Madrid, 1972) cuando con sólo 10 años pierde a su padre en un trágico accidente en el puerto –era maquinista– y tiene que entrar a trabajar como aprendiz en talleres de calderería y ebanistería. Finalmente se convierte en chapista.

    «Jornadas de sol a sol en una calderería de la calle San Jacinto. Lee cuanto cae en sus manos y hace números y cuentos de noche en un círculo republicano de la calle Castilla», escribe Alfonso Domingo en El ángel rojo.

    Melchor Rodríguez, que estuvo a punto de ser novillero, ingresa en la CNT y conoce a líderes anarquistas sevillanos como Pedro Vallina. En 1920, con motivo de una huelga es detenido y al salir decide marcharse a Madrid porque en Sevilla está fichado por la policía. Ahora, la rotulación de una calle con su nombre simboliza el regreso del anarquista a su ciudad natal.

    El compromiso de Melchor Rodríguez con la causa anarquista le llevará a entrar en la cárcel hasta en treinta ocasiones. Curiosamente, esas cárceles que tan bien conocía se convertirán en el lugar en el que vivirá la Guerra Civil, aunque desde el otro lado como delegado especial de prisiones designado por el ministro de Justicia, el también anarquista Juan García Oliver. «Se siente como un Quijote en esta guerra maldita. Pero lo suyo no es enfrentarse con molinos de viento, sino salvar a los enemigos galeotes, él galeote tantas veces, preso por las ideas», apunta Domingo en su libro.

    Desde la cárcel salvará a numerosos presos como Agustín Muñoz Grandes, Mariano Gómez Ulla, Serrano Súñer, dos de los hermanos Luca de Tena, Valentín Gallarza, Raimundo Fernández Cuesta, Martín Artajo, el futbolista Ricardo Zamora, el locutor Bobby Deglané o los falangistas Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández-Cuesta. Algunos de ellos al final del conflicto y ya en la España franquista evitarán que la cruel represión de Franco acabe con él. Aún así fue sometido a dos consejos de guerra que pedían para él la pena de muerte y fue condenado a una pena de veinte años, aunque sólo cumplió cinco.

    Como afirma Alfonso Domingo, rescatando una frase del propio Melchor, fue un anarquista que prefirió «morir por las ideas, nunca matar por ellas». Y es que logró imponer el orden en la retaguardia republicana, paró las sacas de las cárceles, los paseos y fusilamientos como los de Paracuellos. Hay quien lo acusó de ser un traidor, mientras que para otros fue un héroe. Desde luego, se trata de un personaje incómodo por la dificultad para etiquetarlo en un país acostumbrado a resolver la Historia con etiquetas y clichés de urgencia, además de en las habituales crónicas maniqueas sobre la Guerra Civil.

    Tras su destitución del cargo, Melchor fue designado como concejal de cementerios del ayuntamiento madrileño en representación de la FAI. En ese cargo también ayudó a los familiares de los fusilados de derechas, por ejemplo, permitiendo que colocaran una cruz en la tumba. Así hizo con Serafín Álvarez Quintero, de quien era muy amigo.

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