Una vez le escuché decir al presidente Hugo Chávez, al referirse a una de esas largas conversaciones que sostuvo con Fidel Castro en La Habana, que éste último le había confesado, "Que un error suyo había sido el creer que alguien sabía cómo se construía el socilismo". Y en efecto, ya el mismo Carlos Marx había escrito que "De la llamada realidad objetiva, la sociedad era la más compleja de todas". Es decir, que la sociedad humana, era, sin lugar a dudas, el aspecto más complicado que existía para su estudio en todo el Universo. Ahora bien, para ser honesto, ignoro cuán veraz podría ser tal aserto, pero de lo que no me cabe la más mínima duda es que, ciertamente, hacer ensayos con el hombre como ente social, no es lo mismo que el hacerlo con otros aspectos de la naturaleza, ya que experimentar con la sociedad y con la naturaleza social del hombre en general, depende de muchos factores aleatorios, los cuales, desde luego, muchos de ellos escapan a nuestro control...
Supongamos que al consultorio de un médico llega una persona aquejada de alguna enfermedad. Es muy probable que el galeno, observando los síntomas del paciente, pueda hacer "a vuelo de pájaro", un diagnóstico de lo que afecta al enfermo; pero a veces esto no es así, y para el médico hacer un diagnóstico más preciso y coherente, debe recurrir a realizar análisis más profundos, detallados y especializados a éste paciente, para así estar seguro de identificar el mal que le aqueja, así como el tratamiento que deberá seguir para alcanzar su recuperación. Pero además, es muy probable que el paciente en cuestión no responda al tratamiento prescrito por el galeno, lo que obligará a éste cambiar su procedimiento y, en consecuencia, a ensayar otro diferente, hasta alcanzar el supremo objetivo de devolverle la salud al enfermo. Es decir, que hasta cierto punto, el galeno deberá, si se quiere, y dentro de ciertos parámetros científicos, recurrir a lo que llamaríamos ensayo y error.
igualmente, éste mismo procedimiento es muy común en otras ciencias, cuando el especialista en cuestión anda detrás de la búsqueda de algún conocimiento en particular: recurre al ensayo y el error hasta dar con algún tipo de verdad. Pero, ¿se puede hacer esto mismo con la sociedad humana?...Mi respuesta es que sí; pero con el agravante de que los resultados muchas veces se ven a muy largo plazo, pudiendo transcurrir para ello siglos enteros e, incluso, milenios, sin que necesariamente se llegare a conclusiones precisas. Pues bien, Antonio, esto es exactamente lo que ha ocurrido con El Socialismo, el cual, hasta ahora, es sólo un entelequia política, dado que los países que lo han ensayado, por alguna razón u otra, todavía no han podido o no pudieron llegar lejos en su implementación; pero además, tampoco debemos ignorar que los grandes avances de la ciencia y la tecnología han sido llevados a cabo en los países capitalista y no precisamente en aquellos donde existió algún tipo de socialismo. Ahora bien, no estoy queriendo afirmar con esto que el socialismo como tal es inviable y que lo único que sí funciona es el capitalismo, ¡de ninguna manera!...Por lo tanto, lo que acabo de decir jamás podrá interpretarse como una apología al capitalismo, sino más bien la alusión a un hecho tangible, concreto y real, lo cual no indica que debemos claudicar ante nuestras aspiraciones de construir una sociedad más justa e igulitaria, independientemente de que se llame socialista o capitalista.
Pero como ya he dicho, todo proceso en el cual se vea involucrada la sociedad humana, para su concreción, dependerá de varios factores aleatorios, entre ellos, no sólo el tipo de ley que los regule (porque se supone tiene que haberlas), sino también, la naturaleza misma del hombre: su educación, su cultura y, además, su conciencia, sobre todo, esta última. Y es precisamente aquí, Antonio, donde yo quería llegar, para así, de algún modo u otro, intentar dar respuesta a tu comentario de más arriba.
En toda sociedad, por muy atrasada o avanzada que esta fuere, siempre habrá personas dispuestas a venderse al mejor postor, porque la venalidad es una característica típica del hombre, aunque, por supuesto, no todos estaremos dispuestos a ponerle precio a nuestra conciencia. Pero lo cierto es que ocurre con mucha frecuencia, sobre todo, en países como los del llamado Tercer Mundo, y nosotros aquí ya tenemos bastante experiencia en tal sentido. Luego, de éste lado del mundo también hemos vivido (y por qué no decirlo, sufrido) el fenómeno de ver cómo aquellos en los cuales millones de seres depositaron su fe, esperanzas e ilusiones, hoy ya han abandonado y claudicado en sus ideales, traicionando así, con mezquina frialdad, los anhelos de las grandes mayorías. Por lo tanto, estos apóstatas de la política, traidores de oficio, más que trabajar para beneficio de un colectivo social (los de sus respectivos pueblos), lo hacen para incrementar su propio peculio y, a fin de cuentas, muchas veces, son precisamente ellos quienes torpedean la concreción de cualquier proceso político que vaya en beneficio de las grandes masas. Pero además, la corrupción del hombre no es sólo típica de aquellos que viven en los países capitalistas, independientemente de que estos sean subdesarrollados o avanzados; sino que también es muy común en los llamados países socialistas. Luego, no importa dónde vivamos y en cuáles condiciones lo hagamos, siempre habrá hombres dispuestos a venderse al mejor postor, sólo con el supremo objetivo de obtener ciertas prerrogativas especiales.
Entonces, compañero Antonio, no sólo tú has podido observar con gran desilusión este cáncer social de la venalidad y la apostasía de pseudo dirigentes políticos, sociales, empresariales y sindicales; sino que nosotros aquí, en América, también conocemos a cabalidad tal fenómeno. Y como te digo en éste mismo comentario, son esta clase de hombres quienes les han hecho mucho daño a los procesos políticos que se han iniciado en buena parte de países alrededor del mundo...
Abrazos,
Alexis.-