Esto es muy cierto, Antonio; pero de algún modo u otro, es necesario hacer intentos. Después de todo, independientemente de nuestra cultura e idiosincracia, los hombres compartimos intereses e ideales comunes, los cuales, al fin y al cabo, son las cosas más importantes a tomar en cuenta. Pero al igual que tú, también reconozco que es algo difícil meterse en ciertas culturas. Incluso, no es necesario que nos vayamos muy lejos para advertir lo complicado del asunto, puesto que hasta en el interior de nuestros propios países nos encontramos con grupos y colectividades de hombres y mujeres que piensan (para bien o para mal) muy diferentes a cualquiera de nosotros. Pero es así, hermano, y con esto también tenemos que tropezar a diario...
Esta es otra gran verdad, compañero. Y esto es evidente, porque en todo movimiento social, sus dirigentes no piensan exactamente de la misma manera, ni mucho menos defienden los mismos intereses. Por ello, de producirse la concreción de tales movimientos, de inmediato afloran las grandes diferencias entre la plana mayor o cabecillas de esos movimientos, y como paso siguiente, se suscitan nuevos enfrentamientos, pero esta vez no con los viejos enemigos de marras, sino con los que otrora fueron aliados. ¿Ejemplos?...estos salen sobrando: el caso de la antigua URSS, China, Cuba, y la misma Nicaragua, por tan sólo nombrarte cuatros casos.
En realidad, somos muchos los que hoy nos encontramos insatisfechos y decepcionados; esto pareciera ser una especie de sino histórico que nos envuelve, porque en verdad, ¿quién no se cansa de esperar y esperar, esperar y esperar, sin que por lo regular, se pueda ver algún atisbo de una nueva realidad que medianamente nos satisfaga? Pero además, algo que molesta mucho, en verdad, es ver cómo simples obreros y supuestos dirigentes sindicales (pseudo líderes), pasan prácticamente de la indigencia a la opulencia. Son los mismos que andan con escoltas armados hasta los dientes, paseándose en lujosos y costosos vehículos, comiendo en restorantes de primera categoría, ingiriendo comidas de dioses y bebiendo finos wiskys y shampañas, amén de degustar finos platillos. Estos, rápidamente se olvidan de sus orígenes y pasan de inmediato a formar parte del co-gobierno de turno, tirando a la basura sus principios éticos y traicionando de esta manera a todos aquellos que alguna vez creyeron en ellos. Son, pues, el mejor ejemplo de apostasía ideológica que podría exhibirse...
Y es que estar en el poder es muy bueno; ¡demasiado bueno, diría yo!...Entonces, para muchos hombres, una vez que han sido seducidos primero, y corrompidos después por las mieles del poder, de inmediato hacen una especie de paralelismo situacional, entre quienes otrora fueron, y quienes hoy son. ¿Y el resultado?...salta a la vista, pues...
Aquí en América pasa exactamente lo mismo. Pero si de consuelo te sirve, te diré que ustedes nos aventajan talvez más de lo que te puedas imaginar, comenzando por decirte que allá, en el viejo mundo, hay más cultura y educación que aquí. Ustedes, al igual que Estados Unidos y otros países del Medio Oriente y Asia, tienen las mejores universidades del mundo, y pese a la crisis actual, han alcanzado mayores logros que nosotros. Ustedes sacan tiempo para leer un buen poco, mientras que nosotros nos la pasamos pensando qué comeremos mañana, si es que acaso tenemos con qué. Pero además, tampoco dudo que pese a lo dura y crítica que sea la situación por la que estén atravesando, ustedes poseen mayores capacidades para sortearla y salir adelante, de la que tenemos nosotros. Incluso, y aunque te dé risa leerlo, no dudo que ya quisieran muchos cambiar la crisis de ellos, por las de ustedes. ¡Que no te quepa dudas, hermano!...Y mira, que quien te habla es un americano de entre tantos millones de los que nacimos en éste hermoso continente...