El jugador Fedor Dostoievski
Sinopsis
En Rulettenbourg -un ficticio Wiesbaden-, cuyo casino atrae numerosos visitantes, el joven Alexéi Ivánovich acompaña como instructor a la familia del general Zagorianski, que aguarda noticias sobre la inminente muerte de la abuela Antonida, una rica aristócrata rusa. La imprevista llegada a Rulettenbourg de la anciana sorprenderá a todos pues, lejos de estar en los últimos días, la abuela aún conserva un impetuoso carácter que la tentará a probar su suerte en la ruleta. En esta situación Alexéi es testigo de la penuria humana y económica del resto de los personajes, cuyo afán por conseguir dinero llevará al propio Alexéi a encontrar su destino en el juego.
El personaje
Veinticinco años; despierto, inteligente y culto; vehemente hasta rozar la grosería; irreflexivo en ocasiones y atentísimo observador en toda otra situación. Irónico cuando lo precisa, orgulloso cuando no le conviene. Un personaje atractivo pero con la vida equivocada. Para su desdicha, irremediablemente enamorado. ¿Quién no ha conocido algún Alexéi Ivánovich?
“Se experimenta una extraña sensación cuando uno está solo, en tierra extraña, lejos de parientes y amigos y sin saber qué podrá comer, ¡y apuesta el último florín!”. Con estas palabras se asombra Alexéi de su propio arrojo. Pero esta nociva esperanza que el personaje confía a la ruleta, gracias a la cual piensa mantenerse, no lo distingue como una singularidad literaria. Alexéi expone al lector un comportamiento ante la vida, un modelo en el que algunos encuentran porvenir. El joven instructor conjuga rasgos comunes en quienes se forjan el propósito de confiarse a un golpe de suerte, a un destello de intuición o a una imprevista oportunidad. No se trata, pues, de una figura aislada en el mundo. El jugador Ivánovich refleja esa pretensión del ser humano a lo largo de las épocas que incita a retar la suerte y cambiar el destino que se padece.
Antes de llegar a esta situación, el lector conoce el atractivo perfil psicológico de Alexei, pleno de inteligencia y de contradicción. El personaje rezuma ironía, delicadeza y humor. Interesa al lector, aunque lo asuste, el atrevimiento del jugador en el instante de la apuesta; y aún ejerce una mayor atracción la deliberada inconsciencia con que toma sus decisiones en algunas jugadas, estando pendientes de un caprichoso juego el honor, la esperanza y la vida entera del personaje.
Dostoiesvki no desvela al lector cómo continúa la vida de Alexéi, que finalmente no cede mejor oportunidad a su destino que la decisión de la ruleta. La obra no ofrece continuación pues, así lo padeció Dostoievski, la apuesta del auténtico jugador es interminable. Alexéi representa una fuerza incesante, una atracción que no se apaga. La suerte siempre alienta con su tentadora promesa.
La obra
Escrita simultáneamente con la redacción de “Crimen y castigo”, en 1866, esta obra vino a aliviar la apremiante situación económica de Fedor Dostoievsky (1821-1881), al que acosaban los deudores de su hermano Mijail, recientemente fallecido. La obra se escribió en unas semanas, entre cuatro y una según el biógrafo, pues al autor urgía el compromiso adquirido con su editor, del que Fedor había recibido dinero meses antes en condición de préstamo.
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